Noticias

Sábado, 20 mayo 2017 07:47

Las Hermanitas de los Pobres celebran el 150 aniversario de su presencia en Madrid con una Misa en la catedral

Las Hermanitas de los Pobres celebran el 150 aniversario de su presencia en Madrid con una Misa en la catedral

Este sábado, 20 de mayo, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogerá una solemne Eucaristía de acción de gracias por el 150 aniversario de la presencia en Madrid de las Hermanitas de los Pobres. Presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, la Misa dará comienzo a las 18:00 horas.

La Congregación de las Hermanitas de los Pobres está al servicio de los ancianos en los cinco continentes. Con una preferencia especial por los más pobres. Los cuidan en espíritu de humilde servicio, formando una sola familia y guardando viva la herencia de su fundadora, santa Juana Jugan.Llegadas a Madrid en 1867, los tres primeros años de su estancia en nuestra capital los pasaron en una casa de la calle Hortaleza. En 1870 se trasladan a la casa de la calle Almagro, 7, donde hoy se ubica la curia provincial y una residencia con 94 plazas para ancianos. Tienen otra residencia de ancianos en la calle Dr. Esquerdo, 49. Y en Los Molinos, donde también está el noviciado.

Santa Juana Jugan

Fueron fundadas por Juana Jugan, que nació el 25 octubre de 1792 en Cancale, un puerto pesquero situado en la costa del norte de Bretaña (Francia). Cuando aún no tenía 4 años su padre desapareció en el mar como tantos otros marinos. Juana y sus hermanos aprendieron de su madre a vivir en la pobreza con honestidad y valentía, en la fe y el amor a Dios.Trabajó como sirvienta y cocinera en una casa cerca de Cancale y también como enfermera en un hospital de Saint Servan, otra población de la costa bretona. Juana rechazó una propuesta de matrimonio de un joven marinero diciendo: «Dios me quiere para Él, me guarda para una obra desconocida, para una obra que aún no ha sido fundada».

Estas palabras proféticas que pronunció a la edad de 24 años se realizaron 23 años después en Saint Servant, cuando un día de invierno de 1839 descubrió a una anciana ciega y paralítica que había sido abandonada; la tomó en sus brazos, la llevó a su casa y le dio su propia cama. Este gesto la comprometería para siempre, y a esta primera anciana le seguirían muchos más… Pobre, ella misma, y obligada a trabajar duramente para vivir, Juana es sensible a la miseria de los ancianos que encuentra en las calles y comparte con ellos su salario, su pan y el tiempo de que dispone.

Animada por un hermano de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, inaugura la colecta y va a pedir por y para los ancianos, para poder mantener así a su familia de adopción que crece sin cesar. A la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Juana Jugan debe también el «voto de hospitalidad» por el cual el servicio de los ancianos pobres es elevado a la dignidad de un acto de la virtud de religión. Ella quiere solamente servir a Dios en el prójimo, sobre todo en los pobres, manteniéndose fiel a su ideal de imitar a Jesús y María, como san Juan Eudes enseñó a los miembros de la Tercera Orden de la Madre Admirable, asociación fundada en el siglo XVII, a la que Juana Jugan estaba unida desde los 25 años.

En 1843 Juana acogía ya a 40 ancianas. Tres jóvenes compañeras se unieron a su causa escogiendo a Juana como superiora de la pequeña asociación que se encaminaba hacia una auténtica vida religiosa. Juana se convirtió en Sor María de la Cruz, pero no solo en su nombre de religión ella llevó la Cruz, ya que pronto le robaron su obra siendo destituida del cargo de superiora por un sacerdote que como vicario parroquial se había comprometido a seguir los inicios de esta pequeña familia, proclamándose como fundador de la obra y reduciendo la actividad de Juana a la dura labor de la colecta.

A la injusticia Juana responde con silencio, humildad y abandono. Poco a poco la sombra del olvido se va extendiendo sobre Juana Jugan y ella deberá pasar los últimos 27 años de su vida en la casa madre, sin ser conocida como la fundadora por las hermanitas, las novicias y las postulantes con las que vivía y trabajaba, pero transmitiendo providencialmente de esa manera, con su silenciosa influencia, el carisma inicial y el auténtico espíritu de los orígenes. Nadie le prestaba atención, pero ella veía crecer la obra bendecida por Dios, alegrándose de su expansión misionera y sintiendo en su interior un gozo profundo.

Falleció el 29 de agosto de 1879 como una hermanita más. Hasta 1902 no empezó a salir a la luz la verdad respecto a los comienzos. Fue beatificada el 3 de octubre de 1982 por el Papa san Juan Pablo II, y canonizada por el Santo Padre Benedicto XVI el 11 de octubre del 2009.

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search