El pasado viernes 19 de diciembre, el cardenal José Cobo Cano, arzobispo de Madrid, y el obispo auxiliar, D. Vicente Muñoz Martín, mantuvieron un encuentro con los diáconos permanentes de la diócesis, así como con los candidatos y aspirantes al diaconado permanente, acompañados por sus familias.
La tarde dio comienzo con la celebración de la Eucaristía en la capilla del Seminario Conciliar de Madrid. Durante la misa, siete candidatos realizaron el rito litúrgico de admisión a las Órdenes Sagradas y fueron instituidos en los ministerios de lector y acólito, tal como recuerda el diácono permanente Pedro Jiménez.
Durante la homilía, el cardenal Cobo recordó que, en cada Adviento y cada Navidad, «tenemos que renovar, según las condiciones en las que hemos sido llamados, nuestra capacidad de dejar a Dios entrar en nuestra casa, y decirle si estamos dispuestos a seguir creyendo en su promesa». En este sentido, afirmó que «Dios cumple lo que promete y cuenta con cada una de nuestras vocaciones, y con ellas, juntas a la vez». Subrayó además que «cada vocación es un milagro, porque es Dios quien va realizando su plan».
El arzobispo explicó que el diaconado no nace por y para «hacer cosas», sino que surge de la misma Encarnación de Dios. Por ello, «no es una función, sino una forma de estar en la Iglesia, en la familia y en el mundo, para recordarnos que Dios ha querido salvarnos sirviendo, entrando en lo pequeño, a través de la vida, sin teorizaciones, sino en la realidad concreta».
«Dios quiere, y nos pide, vivir sirviendo»
En este sentido, recuerda Pedro Jiménez, «el diaconado es el lugar en el que la Iglesia se hace servicio». Por su parte, el cardenal Cobo subrayó que «la Iglesia necesita ministros que, con su forma de ser y de vivir, recuerden que Dios quiere —y nos pide— vivir sirviendo. Vuestras casas son el primer lugar donde el diaconado se verifica, porque son el laboratorio en el que se aprende a servir, a vivir la fe y a vivir en y para Jesucristo».
Al concluir la misa, durante el encuentro, el cardenal José Cobo invitó a los diáconos de Madrid a participar activamente en los consejos parroquiales, en hospitales, con los más necesitados, pero también en el ámbito laboral. En definitiva, les animó a estar presentes «en todas las ocasiones que se les presenten para ejercer el ministerio del servicio, allí donde el corazón de la Iglesia nos lleve».
Asimismo, el arzobispo de Madrid recordó que en el mes de febrero se celebrará la Asamblea Presbiteral, concebida como un espacio de encuentro con los más de 1.600 sacerdotes de la diócesis. «Un lugar donde hable el Espíritu, donde los sacerdotes puedan expresar lo que esperan de la diócesis y escuchar las aportaciones de los consejos pastorales, de la vida consagrada y de todo el pueblo de Dios», señaló.
Al concluir el encuentro, apunta Pedro Jiménez, reiteramos al cardenal José Cobo y a D. Vicente, «que los diáconos y nuestras familias, tenemos las manos abiertas y el corazón dispuesto para servir allí donde la Iglesia quiera ser servida».