El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, animó el jueves a participar en la Fiesta del Perdón y la Misericordia en los micrófonos del programa El Espejo, de la Cadena COPE, dirigido y presentado por José Luis Restán. Afirmó que «el amor de Dios lo necesita todo ser humano» y «está deseando que Dios le abrace, aunque a veces no sea consciente». Porque «siente necesidad», aseveró, «de un amor que solamente el diseño que Dios ha hecho de él es el que viene al corazón del hombre».
«Celebrar esta fiesta me ha parecido importante en este Año de la Misericordia», señaló, «en un momento en el que estamos tan divididos, tan rotos», a veces, incluso, «enfrentados por cosas secundarias». Así, el prelado recordó la importancia de recibir «el abrazo de Dios» para «descubrir que el otro es mi hermano y que al otro le tengo que tratar como si fuese Dios mismo». Además, respecto al sacramento de la reconciliación, contó que «habrá sacerdotes en la catedral y en la calle para que, quien desee recibir el sacramento del perdón, lo reciba».
La plaza de la catedral de Santa María la Real de la Almudena es el lugar que está acogiendo esta fiesta que pretende extender el abrazo de la Iglesia a todo el mundo y recibir la inmensa gracia de este Año de la Misericordia. Se trata, como dijo el arzobispo durante la entrevista, de «poner a la Iglesia en esa salida y en medio del pueblo», en la plaza pública: «una oferta del amor de Dios a los hombres y del perdón».
Fiesta del Perdón
El concierto de Toño Casado, un reguero continuado de confesiones y la proyección de la película Las cartas de la madre Teresa fueron los principales elementos de la Fiesta del Perdón que empezó este jueves a las 20:00 horas en la Almudena y continúa hasta este sábado: tres días de cantos, testimonios, ratos para la oración, conciertos, cine, teatro, actividades para los niños, encuentro de familias y confesiones con las que la Iglesia en Madrid sale a la calle para anunciar y celebrar el Año de la Misericordia.
El viernes la fiesta comenzó a la misma hora, con un momento especial de cantos, testimonios y encuentros, durante el que hubo sacerdotes disponibles para celebrar el sacramento de la Reconciliación con todos los que lo deseen en diferentes idiomas. Tras la Fiesta del Perdón, a las 21:00 horas, en el interior de la catedral de la Almudena, tuvo lugar el concierto Su amor infinito y su ternura entrañable. Música con orquesta, coro y la participación del coro rociero El Encuentro. Entre pieza y pieza, monseñor Osoro leyó textos sobre la misericordia.
El sábado, 24 de septiembre, a lo largo de todo el día, se desarrollará la Fiesta del Perdón y la Misericordia. Por la mañana, están invitadas a participar especialmente las familias. Habrá para ellas diferentes actividades: a las 12:00 horas, un encuentro festivo en el que también participará el arzobispo; a las 12:30 horas, una suelta de globos con los deseos de los más pequeños; a las 12:45 horas, un espectáculo de magia y diferentes actividades; a las 13:15 horas, un flashmob y a las 19:00 horas, un taller de flamenco para bailar todos juntos.
En la tarde-noche, los jóvenes del grupo de teatro Áncora representarán el musical Los miserables, adaptación de la obra de Víctor Hugo. «En este Año de la Misericordia, queremos cantar desde el corazón a todo Madrid que siempre, a pesar de que la oscuridad y las dificultades de la vida, Dios hace salir el Sol. Es la historia de un hombre que ve con odio al mundo, a Dios, sintiéndose profundamente miserable, que se encuentra con uno que es diferente, que no lo juzga, que se abaja hasta su miseria para levantarle y decirle: "Yo te Amo" y tras encontrar a Jesús a través de un sacerdote, se levanta y comienza una nueva vida, sembrando amor», explica Fran Pérez, director del musical.
Indulgencia jubilar
Durante este tiempo de gracia, los participantes en la Fiesta del Perdón y la Misericordia pueden obtener la indulgencia jubilar al realizar la peregrinación a la Puerta Santa de la catedral de la Almudena o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión. Es necesario, asimismo, recibir el perdón de los pecados —esto puedes ser unos días antes o después de haber realizado la peregrinación—, comulgar, hacer la profesión de fe (recitación del credo) en el templo jubilar y rezar por las intenciones del Papa.