Unas 200 personas se preparan para representar el belén viviente de la parroquia Nuestra Señora de Fuente del Fresno (Avda. Sancho Rosa, 3-5), de San Sebastián de los Reyes. En él participan 25 familias que recrean 15 escenas en directo. Se podrá ver este sábado, 16 de diciembre, de 17:00 a19:00 horas.

Ángeles, pastores, mercaderes y Reyes,  ovejas, burros y gallinas…. Los alrededores de la parroquia se convierten por un día en Belén de Nazaret. Alrededor de unas 25 familias preparan con ilusión y creatividad una manera activa de celebrar la navidad: se remontan más de 20 siglos y representan en directo 15 escenas de la natividad de Jesús ante un público de más de 1000 personas

En muchos lugares está proliferando la tradición de hacer belenes vivientes, comenta Javier Sánchez-Cervera, párroco de Fuente del Fresno e «incitador» activo de este tipo  de tradiciones. Vuelven los concursos de belenes y las asociaciones de belenistas. Estos movimientos indican una nueva sensibilidad, casi una necesidad, de volver al acontecimiento que explica la Navidad y que cambió el curso de la historia hasta el punto que es desde entonces cuando comenzamos a contar los años. Hacer el belén viviente es poner el foco, de nuevo, en el sentido más profundo de la Navidad que a veces ha podido quedar algo desdibujado con la incorporación de tradiciones que provienen de otros contextos culturales y religiosos.

Santiago Pérez Calavera, empresario y padre de familia numerosa, lidera desde hace años esta iniciativa. «Hace 3 años nos juntamos varias familias con el fin de idear un plan familiar, un plan para nuestros hijos donde pudieran contagiarse y vivir  el verdadero sentido de la navidad».

Durante unas semanas antes, las familias se reúnen para distribuir papeles, diseñar decorados, preparar guiones, repartir escenas, buscar localizaciones… Aquí colaboran todos: padres y madres, hijos de todas las edades, abuelos y tíos. Cada  uno aporta algo: los jóvenes trabajan duro en levantar un establo o fabricar las tiendas del mercado, los más pequeños ensayan los coros de los ángeles y los medianos ensayan sus papeles con aportaciones de lo más originales.

Es verdad que representar uno de los 15 momentos del nacimiento y la infancia de Jesús supone todo un desafío de imaginación, de trabajo en común, de involucrar a cada uno de los miembros de la familia, comenta Javier Sánchez-Cervera. «En este sentido, comprobamos año tras año que la experiencia es enormemente enriquecedora para las familias, de tal manera que compensa con creces el cansancio que pueda suponer para los más pequeños tener que representar hasta 15 ó 20 veces la misma escena, hasta tal punto que, sin dudarlo, cada año, toda la familia, empezando por los más pequeños, quieren repetir».

«Ese día, a primera hora de la mañana, todos los participantes se afanan en preparar sus decorados con el mayor realismo posible. Es un día perfecto donde todos vivimos la fraternidad de la comunidad, comenta Marta, una de madres participantes. Todos aportan algo: los que no actúan ayudan al resto a montar los escenarios, otros nos traen comida o cafés calentitos, algún padre asa castañas, y están los que van y vuelven a comprar las últimas cosas que faltan».

Se preparan unas 15 escenas: la Anunciación, la visita a Santa Isabel, nacimiento de Juan, el sueño de José, los Reyes y Herodes, Los doctores de la ley…. La creatividad de los participantes es impresionante. «No tenemos presupuesto, comenta Juan, joven que participa con sus hermanos,  por lo que “arramplamos” con todo lo que vemos por casa para montar nuestras escenas».

Son unas 1.000 personas las que a lo largo de la tarde acuden a ver este espectáculo. «El año pasado comenzamos sobre las 4 de la tarde, explica Santiago. En la primera representación contamos con un público muy especial: tuvimos una sesión para las enfermas del Cottolengo y las monjas que les atienden. La dinámica es muy práctica: van pasando de escena en escena de tal manera que los grupos son pequeños para que se pueda escuchar y ver bien. Llega un momento en que las 15 escenas se están representando a la vez, y en cada una de ellas hay grupos reducidos de público».

Como decía una madre de familia año pasado: «Ni viaje al extranjero, ni plan de esquí, esto es lo mejor que hemos hecho juntos toda la familia».