Homilías

Viernes, 27 octubre 2023 09:45

Homilía del cardenal José Cobo en la Misa del Madrid Live Meeting 2023 (07-10-2023)

  • Print
  • Email
  • Media

Gracias por ser parte de esta viña. Gracias por esta tarde quererlo manifestar, y hacer un esfuerzo que todos hacéis por decir sí, quiero estar ahí. Porque formo parte de esta historia. Gracias hermano obispo Jesús, gracias a los vicarios, a todos los sacerdotes y diáconos que acompañáis también este itinerario en esta viña. Gracias a toda la vida consagrada, que también estáis aquí, que formáis parte de estos trabajos. Gracias a todo el equipo de la Deleju, a Laura, y a todos los que, bueno, pues acompañáis. Y a cada uno de vosotros. A cada uno de vosotros, porque cada uno y cada una, de verdad que sois muy especiales.

Tenemos muchas cosas en común. Muchas. Y hay algo que esta tarde nos une de forma especial. Y no es solo que sois buena gente, que eso no hay más que veros, sino que es que todos los que estamos aquí sabéis que somos gente que respondemos a las llamadas. Puedes decir: no, pero tengo muchos peros. No, tú eres una persona que responde a las llamadas, y tienes mucha suerte, porque tienes una vida llena de llamadas, y has dado en tu vida pequeños síes que te han traído aquí. Dios nos llama, y vosotros vais respondiendo, Cuando el papa, en la JMJ, empezó a saludarnos ,empezó así. Y empezó también a dar las gracias. Y fuimos conscientes de que en la vida de cada uno de nosotros Dios nos ha llamado. Y podéis decir: pero, bueno, si yo no he escuchado música celestial, no he visto ángeles así, ni cosas de estas muy especiales.. yo pues vine, algún amigo me ayudó, o en la parroquia me dijeron, si yo me apunté, si yo no sabía muy bien a dónde iba. Sí, pero las casualidades no existen. Muchos pueden pensar que hay casualidades en la vida, pero, si te das cuenta, a lo largo de tu vida has ido tomando pequeñas decisiones que te han colocado en una situación de escucha de Dios muy determinada. Dios nunca quiere obligarnos, como los enamorados y las enamoradas. Y Dios va plagando nuestra vida de llamadas, y de búsquedas. Porque Dios te ha estado llamando y te ha estado buscando. Y tú, con los tuyos, a veces sin saberlo, has ido dando pequeñas respuestas, Dios sueña contigo y Dios te está buscando desde muy pequeño. Desde el seno materno, nos dice el profeta, Dios tiene un sueño con cada uno de nosotros, y eso nos hace especiales. Y no es por hacerte la pelota, pero tú eres especial. Y eres especial porque así lo piensa Dios, y porque así Dios te ha estado trabajando hasta aquí.

Esto nos hace ser especiales, pero también comprometidos. Porque ser cristiano significa ser como Cristo, y corresponder a ese amor que hemos experimentado. Como os decía, no creo en las casualidades. Y esto no es una casualidad. Esta tarde no es una casualidad. Como la JMJ no fue una casualidad. Como las respuestas que estás dando en tu parroquia, en tu colegio, en tu movimiento, no son una casualidad. Es que Dios trabaja. Hoy, el Evangelio nos lo dice de una forma peculiar. Hoy, Jesús nos lo cuenta como que Dios trabaja en esta, que es su viña, y así lo llama, y trabaja diariamente, y es que se empeña por ella. Fijaos por un minuto e intentar ver nuestra Iglesia, no con los ojos de cada uno, sino con los ojos de un Dios que es que sueña con nosotros, y que nos mira con todo cariño; que está dispuesto a dar la vida porque seamos su viña, y porque tú estés ahí. Dios sueña con nosotros. Lo único que a veces, como nos decía Jesús en el Evangelio, pues a veces nosotros estamos un poco despistados, y a veces lo que hacemos, es que Dios quiere que la viña dé uvas, y nosotros damos otros frutos. A lo mejor nos cansamos mucho, y vamos a muchas cosas, y terminamos estresados, pero tendremos que preguntarnos: ¿estos son los frutos que Dios quiere?, ¿o son los frutos que yo quiero y quiere mi grupo?

Y hay otro peligro, otro peligro para la viña, y es el trabajar en círculos pequeños, Dios quiere una viña y cuenta con todos nosotros, pero hay veces que parcializamos y parcelamos la viña, y hacemos que unas vides den muy buenos frutos, pero nos olvidamos que las otras también tienen que darlo. Y el Señor quiere que todas las viñas, y que todos trabajemos con él, para que todos demos buenos frutos. Por eso yo, esta tarde, lo que os pediría simplemente, después de daros las gracias por ser parte de esta viña, lo primero que os pediría es que escuchárais. Que escuches tu corazón. Y que escuches la llamada que el Señor te está haciendo. Seas como seas, te veas como te veas, el Señor quiere contar contigo, como ha contado hasta ahora, porque eres muy especial para él. Escucha a tu alrededor. Escucha la palabra de Dios. Escucha los sacramentos. Y escucha a los que te acompañan. Pero sobre todo escucha a Dios desde ahí, porque Dios te sigue hablando.

Lo segundo que os pediría en esta tarde es que, no solo escuchemos, sino descubramos la misión que tenemos dentro de esta viña. Porque Dios nos da a cada uno de nosotros una misión. Y nos da una misión en conjunto también. No quiere que cada uno trabaje por libre. Quiere que lo hagamos juntos, y quiere que nadie se apropie de esta viña, porque es la suya. No se trata de anunciarnos a nosotros, ni decir 'qué bueno es mi grupo'... Si eso ya el Señor lo sabe. Se trata de que juntos anunciemos y tengamos olor a Evangelio. ¿Os dais cuenta de que hay mucha gente que no se va a encontrar con nada de Dios más que a través vuestro? Que mucha gente, esta semana, no va a tener más idea de Dios que lo que le contéis vosotros. Y no solo va a decir: qué persona más maja, sino que, si le llevamos el olor del Evangelio, dirá: este pertenece a una viña, este es de la Iglesia, este es de Jesús. Los dones no son para nosotros, ni para mi viña, ni para mi grupo; los dones son para que el olor del Evangelio llegue a todas partes a través nuestro. Dejad que Jesús os invite a trabajar juntos en la viña, porque tenéis una misión.

Escucha. Misión. Y no quiero terminar sin pediros una cosa más: estad muy atentos al Sínodo, porque la Iglesia está en un momento muy especial. No os perdáis las noticias, no os perdáis el rezar por el Sínodo, porque es nuestra viña; y hoy se nos pide, os pido, que seáis puentes, que creemos lazos entre los que trabajamos en la misma viña, y vosotros sois expertos; cread lazos entre parroquias, cread lazos entre grupos, cread lazos entre unos y otros, para que juntos olamos a Evangelio, y así lo proclamemos.

Gracias. Gracias por los puentes que ya estáis tendiendo, como el de esta tarde. Gracias por decir a Madrid que esta es nuestra viña, que es la viña del Señor. Gracias por formar parte de ella. Gracias de verdad por cada una de las respuestas que vais dando, porque ya no es solo tu respuesta: es la respuesta que toda la Iglesia da a través tuyo. Pues gracias por vuestro Sí. Vamos a celebrarlo en la Eucaristía, y vamos a presentárselo al Señor.

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search