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Viernes, 19 abril 2024 09:07

Borja Lizarraga, futuro sacerdote: «¡Qué bien que me fie!»

Borja Lizarraga, futuro sacerdote: «¡Qué bien que me fie!»

«La Fórmula 1 me ha enseñado muchísimo». No. Esto no es una entrevista a un piloto ni este es un medio deportivo. Borja Lizarraga (31 años), futuro sacerdote de la diócesis de Madrid, es un apasionado del deporte, en concreto del fútbol — «madridista», despeja dudas — y de la F1. Siendo «alonsista», esto es, seguidor de Fernando Alonso, sabe lo que es vivir mucha alegría y mucha tristeza en una misma vida.

Las carreras de coches le han dado a Lizarraga dos lecciones de vida. La primera, «buscar la excelencia personal». «Un piloto de F1 no es cualquiera»; solo hay en el mundo «22 locos en un cacharro de metal a 350 km/h de media y con diferencias entre ellos de centésimas de segundo». Ya lo decía, recuerda, Ayrton Senna (piloto fallecido en 1994 en el circuito de Ímola, en Italia), «el segundo es el primer de los perdedores».

Pues así se plantea la vida, «como una carrera, y esto no lo digo yo, lo dice san Pablo». La ganancia es el cielo, y si en la F1 el instrumento para llegar a la meta es el coche, en la carrera de la vida «es la gracia del Señor». Y la segunda lección es que «no hay que rendirse nunca, no hay que desesperar; puedes tener una mala carrera un domingo y el viernes siguiente es otro episodio, otro sitio, y tienes que dar el cien por cien, no puedes permitirte estar dos meses de bajón». Ni una semana.

seminarista borja lizarraga primer plano

El juego del ratón y el gato

La historia de Borja Lizarraga es la de un niño que creció en una familia cristiana comprometida con su fe, que estudió en un colegio católico, que sintió en su día la llamada de Jesús pero jugó con Él al ratón y al gato, y que, como «en este juego Él siempre gana», se sirvió de una compañera de la universidad que «no era cristiana» para que Borja le diera un sí total. Le pasó que tras muchas conversaciones con ella, «un día me sorprendió con la noticia de que se quería convertir». Y ahí «me rendí».

Si hay una «palabra clave» en estos años de seminario ha sido «confianza». «Esto es un ejercicio de confianza y de fiarse». De los formadores, «gente con muchísima experiencia», pero, por supuesto, de Dios. «Esto siempre tiene un punto de tirarse a la piscina», pero «yo aquí todo lo que he recibido es verdad» y ahora, después de estos años, se dice a sí mismo «¡qué bien que me fie!».

Es cierto, reconoce, que el camino no ha sido del todo fácil, «todo tiene un punto de renuncia al yo», de obedecer y «asumir lo que la Iglesia me está pidiendo», sabiendo que «el que yo sea sacerdote es algo en lo que el Señor se ha empeñado». Por eso, no piensa en qué tipo de sacerdote le gustaría ser, sino más bien «el que el Señor quiera». «Un sacerdote entregado, que ayude y acompañe a los demás por amor al Señor».

Todo lo ha ensayado ya Borja, «las primeras Misas» y demás, menos el sacramento de la confesión. Por eso está expectante ante la posibilidad de «ofrecer ese abrazo del Señor», sabiendo que la debilidad del penitente «es tu misma debilidad». «Hasta que celebres la Eucaristía», le avisan sus compañeros ya sacerdotes, porque ahí sí que «tocas al Señor en el modo más tierno que pueda existir».

Seminaristas borja lizarraga carteles 8x4

Fiarse, atreverse y dejarse sorprender por Dios

Estos días previos a su ordenación, Borja percibe en su parroquia, Santa Cristina, un ambiente especial. «La gente lo vive con mucha alegría». Ya notó el cambio cuando se ordenó diácono, y no solo por la vestimenta, estrenándose en el negro con alzacuellos, sino porque «empezaron a tirar más de mí» para el acompañamiento.

Ahora, pide dos cosas a la Iglesia de Madrid. La primera, «fiarse de don José, cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, de los sacerdotes… en el fondo, del Señor», y la segunda, «atreverse a dar la cara» como católico y a «dejarse sorprender por el Señor». A los jóvenes especialmente les pide que «se atrevan a confiar en el Señor». Si Jesús buscó a sus discípulos, «¿por qué no va a seguir buscando apóstoles del siglo XXI?».

Borja recibirá la ordenación sacerdotal el sábado 27 de abril en la catedral de la Almudena a las 18:00 horas, y celebrará su primera Misa en la parroquia Santa Cristina (Pº de Extremadura, 32) el martes 7 de mayo a las 19:30 horas.

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