«Si lo poco que tenemos lo compartimos con amor, no se acaba nunca», nos dice el Papa Francisco. Y así lo tienen presentes en las Cáritas parroquiales, que son la puerta de entrada a Cáritas Diocesana de Madrid de las personas que necesitan algún tipo de ayuda o acompañamiento. En ellas se acoge con calidad y calidez. Y, para ello, se forma al equipo de personas, contratadas y voluntarias, que atienden a las familias vulnerables.
La importancia que Cáritas Diocesana de Madrid da a las acogidas parroquiales se refleja en los diversos cursos de formación, tanto presenciales como a distancia, diseñados para las personas voluntarias que colaboran en las mismas.
Cáritas Vicaría III cuenta con un itinerario formativo específico sobre acogida, ya que «es básico que las personas que atiendan en las acogidas estén adecuadamente formadas para esta importantísima labor, donde ofrecer calidad y calidez». «Hemos observado que en algunas ocasiones la falta de tiempo libre disponible, o el hecho de tener que desplazarse hasta la sede central, dificultan la incorporación de las y los voluntarios a los cursos de formación impartidos por Cáritas Diocesana de Madrid».
Con el fin de acercarse a las parroquias, han creado un itinerario propio con un equipo de seis personas voluntarias de diferentes acogidas de la Vicaría. Los miembros del mismo se han preparado previamente para impartir las sesiones formativas, de las que ya se han dado tres, para las personas voluntarias recién incorporadas. La idea es adaptar esta formación a las necesidades de las parroquias y que sea una «formación en cercanía».
Con este itinerario formativo se logran dos objetivos: reforzar los lazos inter parroquiales y optimizar los limitados recursos de los que se disponen.