El pasado 21 de abril, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, dedicaba la parroquia de Santa Genoveva de Majadahonda. Un complejo parroquial al que aún le faltan muchos espacios y detalles por terminar. Entre ellos, la Capilla del Santísimo.
Como explica David Benítez, párroco del templo, «hemos invitado a todos los fieles a que nos ayuden a terminar la Capilla del Santísimo. Es un espacio que ya existe, pero que resulta frío para rezar, como nos han comentado muchos feligreses. Es cierto que está sin acabar, porque por ejemplo no está decorado, y que la ornamentación, aunque sencilla, contribuirá a la ambientación necesaria para facilitar la oración. Por eso, hemos considerado que, dentro de las mejoras del nuevo templo, una de las urgencias es poder terminar el lugar más sagrado del mismo, donde nos llama el Señor a estar con Él, como es esta Capilla».
Para ello, prosigue, «hemos presentado el proyecto con la decoración artística prevista. Son tres paredes que tienen como centro el sagrario, y que abrazarán a los fieles para introducirles en la oración. A través de una campaña de donativos, animamos a quien quiera a colaborar para pintar entre todos este espacio. Las personas pueden donar las piezas que consideren: son 40€ cada una. Y es un dinero que desgrava en la declaración de la renta», sonríe. «Se trata de pinturas - insiste -, aunque lo hemos dividido en ‘piezas’, para que sea más económico, y favorecer la financiación. En total, son mil piezas para cubrir 40 m2 de pared».
«El proyecto concreto - indica - es la teofanía de la zarza ardiente, cuyo centro es el Sagrario, el fuego que no se extingue. Moisés adorando descalzo y los corderos, únicos testigos de ese acontecimiento. Esa imagen se encuentra en el lado opuesto del crucero del templo, donde está ubicada la capilla de la Virgen María, de cuya perpetua virginidad también es anuncio el milagro de la zarza ardiente. Además, las paredes laterales, tanto izquierda como derecha, llevan sendas inscripciones de los salmos, para recordar la Eucaristía que adoramos: una es Gustate et videte quam suavis est Dominus (Sal, 35), y la otra, Laudate Dominun omnes gentes, laudate eum omnes populi (Sal, 117)».
«Una vez elegida la forma de colaboración, o la parte que cada uno quiera o pueda costear - apunta -, hay que mandar un email a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. para recibir indicaciones».
«Estoy seguro de que pronto, con la ayuda de todos, podremos iniciar esta nueva fase de ornamentación de nuestro templo. La colaboración e implicación de toda la comunidad parroquial es muy importante. Y nos han demostrado, a través de las campañas que ya hemos realizado, que se vuelcan con su iglesia. Así que estoy seguro de que también responderán con esta iniciativa», concluye.