Este domingo, 13 de mayo, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió una solemne celebración de la Eucaristía organizada por los Heraldos del Evangelio en el 101 aniversario de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima. La Misa fue presidida por el vicario general, Avelino Revilla, y concelebrada por el deán, Joaquín Iniesta, entre otros sacerdotes. A la misma asistieron numerosos fieles miembros de la asociación y devotos de la Virgen.
Al término de la ceremonia, el padre José Francisco Hernández Medina, E.P., dirigió unas palabras a los presentes en las que manifestó su alegría por la celebración de la Eucaristía en este 101 aniversario. «Se cierra hoy el ciclo que se inició hace un año, en que los ecos del mensaje de la Madre de Dios a la humanidad se han hecho más nítidos, más fuertes y al mismo tiempo más vehementes de llamamiento a la conversión, a la reparación y a la esperanza». Reconoció que «los días que vivimos son recios, como diría nuestra santa Teresa; pero también es verdad que la promesa de Ella en Cova de Iría, “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará”, resuena y nos interpela con especial fuerza y esperanza». «En esta perspectiva, prosiguió, nos hacemos eco con alegría de las palabras de nuestro cardenal, escritas hace unos días: “Cada día estoy más convencido de que el amor a la Virgen María es la gran fuerza de la Iglesia; a través de Ella conocemos la ternura de Dios, que vino a nosotros para compartir nuestra vida en sus alegrías, esperanzas, fatigas, ocupaciones, ideales, hacernos crecer más y más en la fraternidad de todos los hombres”».
Concluyó manifestando su agradecimiento al cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, por su labor pastoral, y manifestando su deseo de que siga «trabajando en esta Iglesia particular de Madrid con redoblado entusiasmo y dedicación».