El sábado 26 de enero, el Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid celebró su capítulo de san Ildefonso, de 2019, en el Real Monasterio de la Encarnación.
Presidió el capítulo, y tomó la promesa a los nuevos diez caballeros y tres damas, el presidente del Real Cuerpo, Juan Pelegrí, vizconde de las Torres de Luzón. Los miembros del Real Cuerpo en su ingreso prometen ante el Crucifijo y los Santos Evangelios la defensa de la Religión católica, la patria, su Majestad el Rey y la real familia, así como cumplir los propios estatutos.
Presidió la concelebración de la Eucaristía monseñor Joaquín Martín Abad, capellán mayor del Real Monasterio y «capellán efectivo» del Real Cuerpo, con los capellanes del monasterio, Javier Calvo y Juan Carlos Ramos. En el presbiterio asistía monseñor Gian Luca Perici, consejero de la Nunciatura en España.
En la homilía, Martín Abad se refirió a la circunstancia de que en este mes de enero se cumplen doscientos años de la muerte del rey Carlos IV en Nápoles y unos días antes de su esposa María Luisa de Borbón-Parma en Roma. Explicó que, rezar por antepasados de hace dos siglos -a quienes estamos sumergidos en el tiempo, entonces y ahora- podría parecer ucrónico, pero como Dios tiene todas las cosas presentes y la Eucaristía sobrepasa las coordenadas de tiempo y espacio, las oraciones y la celebración por los antepasados Dios las tuvo presentes en la hora de sus vidas y en la hora de sus muertes. Se refirió, además, al pasaje evangélico en el que Jesús se presentó en la sinagoga de Nazaret y, aplicándose la profecía de Isaías que se cumplía en él, anunciaba la buena noticia a los pobres -no solo en dinero, en salud, en cultura, sino también en evangelio-, a los cautivos -no solo en las prisiones sino también en la cárcel de sí mismos-, a los ciegos -tanto de los ojos como del corazón-, y a todos: el tiempo de la plenitud de la gracia y de la salvación.
El Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid se constituyó en 1782, bajo el reinado de Carlos III, y sus ordenanzas primeras fueron aprobadas en 1791 ya en tiempos de Carlos IV. Tiene como patronos desde 1954 a Santa María la Real de la Almudena y desde 1858 a san Ildefonso, arzobispo de Toledo. Por estatutos, el obispo diocesano de Madrid, mientras ejerce su ministerio y si lo acepta, es «capellán perpetuo», como en la actualidad lo es el cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, quien en ese día acompañaba al papa Francisco en Panamá en la Jornada Mundial de la Juventud, al frente de los jóvenes y peregrinos de la Archidiócesis de Madrid. Y por estatutos también existe también un «capellán efectivo» nombrado canónicamente por el obispo diocesano de Madrid. Actualmente pertenecen al Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid doscientos caballeros y cien damas, cuyo Jefe Supremo es su Majestad el Rey Felipe VI.