Nacido en Madrid en los años 80 del siglo XX, el movimiento Domus Mariae es uno de los que participan este sábado en la XXII Jornada Diocesana de Apostolado Seglar, que se desarrollará con el lema Laicos por Vocación, llamados a la Misión. Ester Moreno, presidenta diocesana del mismo, nos habla del mismo.

«El origen de Domus Mariae -explica- parte de una idea de don Feliciano Gil de las Heras, nuestro fundador. Él era juez decano del Tribunal de la Rota, y su idea era dar vida a la Palabra de Dios. Vivir la Palabra de Dios. A esta idea se une la que tenían las religiosas Concepcionistas de crear una rama seglar. En 1981, en una peregrinación al Cerro de los Ángeles, las antiguas alumnas concepcionistas se consagran al Corazón de Jesús. Y, en un momento, don Feliciano propone a Hortensia Cosmen y a María Soledad Cosmen formar un grupito. Ellas aceptaron encantadas. A partir de ahí, se crea el grupo, y se empiezan a reunir asiduamente, poniendo en común la Palabra de Dios que ellas leen y meditan».

«En octubre de 1982 -prosigue- preparan la venida del papa Juan Pablo II a España. Esta visita del papa en noviembre de 1982 es muy importante, porque unos meses después, en enero de 1983, tiene lugar un primer retiro del grupo naciente. Sus miembros se reúnen, y comienzan a preparar los estatutos, enriquecidos precisamente con textos del viaje del papa, que es lo que inspira nuestra espiritualidad. En un principio se gestó un grupo de jóvenes, otro de madres, otro de niñas y un grupo de profesoras. Y, en febrero de 1987, se publica el libro La Palabra de Dios vivida día a día».

Con el tiempo, comenta Ester Moreno, «Domus Marie se desvincula de la congregación concepcionista. Y el 4 de marzo de 1994, el cardenal Suquía aprueba los nuevos estatutos con la forma jurídica de Asociación Pública de fieles Domus Mariae. En la reelaboración de estos nuevos estatutos se incorporan mensajes del reciente viaje del papa Juan Pablo II a España, en los días del 12 al 17 de junio de 1993. Por eso son tan importantes para nosotros estos viajes del papa, porque han inspirado la espiritualidad y han consolidado la forma que tiene Domus Mariae».

Hogar de Nazaret

Para la actual presidenta diocesana de Domus Mariae, «en la asociación, se busca hacer de cada uno de sus miembros, y de los lugares en donde desarrollan su actividad, muy en concreto en el de la familia, ámbitos en los que la Palabra de Dios esté presente y viva, como en el hogar de Nazaret». «En esta espiritualidad -añade- tenemos la convicción y la tarea de que la familia es la base de toda sociedad. Nuestra gran tarea es hacer de todos los hogares casa de María, en los que Ella sea la madre y sus miembros vivan a la luz de la Palabra de Dios. María fue preservada de todo pecado desde el principio, y fue la llena de gracia. La Inmaculada. Nuestra gran tarea es construir hogares en los que el motor y la fuerza sea la Palabra de Dios, y María, Madre y Maestra, para que así los niños y los jóvenes crezcan en edad, sabiduría y en gracia, y sean preservados de la caída. Por eso, nos proponemos formar a los miembros de la familia, en especial a las madres, para que sus hogares sean como fue la casa de María en Nazaret, ocupando los niños y los jóvenes un lugar preeminente, como lo ocupó Jesús en el hogar de Nazaret».

«Lo específico y lo propio de la casa de María -confiesa- fue el convivir con Jesús, el oír su Palabra. En la casa de María se escuchaba la Palabra de Dios, y María la guardaba en su corazón meditándola», asevera. Por eso, apunta, «los miembros de Domus Mariae convivimos con Jesús, tenemos a María como modelo, y la Palabra de Dios como centro de nuestra vida, espiritualidad y apostolado. Y para ello nos proponemos recibir en nuestra casa, a ejemplo del apóstol Juan, a María; guardar como María en nuestro corazón, meditándola, la Palabra de Dios; hacer carne en nuestra carne y vida en nuestra vida esa Palabra meditada; y vivir dos grandes acontecimientos de la vida de María: por un lado, la Anunciación, y por otro la Visitación».

Anunciación y visitación

Ester Moreno indica que el primero de ellos, la Anunciación, lo viven «mediante la lectura reposada de la Palabra de Dios que cada día se propone al orbe católico en la Eucaristía. Dios habla y propone un plan. A través del compromiso de vivir esa Palabra en un punto concreto se pronuncia el Sí de María. Al plasmar ese compromiso en la vida, en la familia, en los más variados ambientes, la Palabra se hace carne y planta su tienda entre los hombres». En cuanto al segundo, la Visitación, «a través de reuniones de grupos donde se ponen en común las maravillas que Dios ha hecho en cada uno en ese esfuerzo por hacer vida la Palabra de Dios. A las reuniones es preciso acudir como María a la casa de Isabel: con el deseo de ayudar y también de aprender. Y en ellas se recibe la fuerza precisa para vivir durante la semana la Palabra de Dios».

Los 70 miembros que integran en estos momentos la asociación en Madrid, afirma, «estamos presentes en todas las parroquias de nuestros barrios, para todo lo que el párroco nos precise. Damos catequesis tanto de Comunión como de Confirmación, formamos coros para cantar los domingos en las misas; organizamos rosarios de la aurora; repartimos comidas en nuestras casas a las familias necesitadas que están en paro; también hay miembros que acuden al Cottolengo… Estamos en todo lo que nos necesitan las parroquias. En todo. Porque así nos lo dijo siempre nuestro consiliario, nuestro fundador:’ en todo lo que os precise el párroco, estar ahí, ayudando’. Incluso en las mismas limpiezas de las parroquias: también hemos pasado muchos años limpiando la parroquia. En todo lo que se nos necesite», remarca. «Y nos reunimos los siguientes días y horas: los lunes a las 12:00 en Moncloa y a las 17:00 horas en la avenida Ciudad de Barcelona; los martes a las 11:00 en la Ciudad de los Ángeles; los miércoles a las 17:00 en la Arganzuela, y a la misma hora en San Martín y en Figueras. A esto hay que añadir dos grupos de personas muy mayores que mantienen contacto telefónico en Argüelles».

También la participación diocesana se vivió desde los comienzos. «Por parte de nuestra presidenta hasta ahora, Soledad Cosmen, que además tenía un espacio en Radio María. En la actualidad, estamos muy implicados en el Consejo Diocesano, en la preparación de las liturgias, y en la preparación de la Jornada de Apostolado Seglar de este sábado», concluye.