Este verano, jóvenes madrileños participarán con la asociación Nártex en los numerosos proyectos que han puesto en marcha para este tiempo vacacional. Como explica Isabel Fernández, su presidenta, «Nártex es una asociación sin ánimo de lucro que se funda en el 2007. Se heredera de otra más antigua. Nosotros siempre hemos querido presentar el patrimonio de la Iglesia, el patrimonio religioso, como lo que verdaderamente es: con su sentido más profundo, con toda su carga evangélica, y no solamente llena de datos históricos y artísticos. Esa era nuestra inquietud original». «En ese marco -prosigue- hacemos diversos proyectos, entre ellos los de verano, en los que están embarcados nuestros voluntarios durante estos meses de julio y agosto. Además, durante el año, realizamos numerosas actividades, como conferencias, visitas guiadas, viajes, excursiones… Siempre en ese marco de evangelizar desde la fe».
«En concreto - indica - los proyectos de verano son estancias entre dos y cuatro semanas en iglesias y catedrales españolas y europeas. Los voluntarios que participan en ellos forman pequeñas comunidades internacionales, a veces de voluntarios, y otras veces solo nacionales, que atienden a los visitantes que se acercan a esos templos. Les ofrecen una visita guiada, pero con todo el sentido más evangélico. Y, además, un testimonio de fe».
Iglesias y catedrales españolas y europeas
«Este año - confiesa - tenemos distintos proyectos en Europa y en España. En Francia habrá voluntarios colaborando en Notre Dame de París en distintas fechas de julio y agosto; en Assy, iglesia Notre-Dame-de-Toute-Grâce, en este mes de julio; en Bourges, también en julio; en Conques tendremos grupos en julio y en agosto; en Vezelay hay una colaboración que termina el próximo día 19; y en Burdeos, los voluntarios estarán este mes de julio. Otro país en el que estarán nuestros voluntarios es Alemania; en concreto, colaborarán en Munster y en Constanza en el mes de agosto; en Speyer, desde finales de julio al 19 de agosto; y en Erfurt, del 9 al 30 de agosto. Luxemburgo está acogiendo voluntarios en esta segunda quincena de julio, y los Países Bajos lo harán, en la ciudad de Delft, tanto en julio como en agosto».
«En cuanto al territorio nacional - apunta - tendremos a voluntarios desde el 17 de julio hasta el 4 de agosto en Madrid: en la colegiata de San Isidro, en San Ginés y en la basílica de San Miguel; en las mismas fechas estarán en la iglesia de los Jesuitas de Toledo; en León, en la primera quincena de agosto; en Torreciudad todo el mes de agosto; y en el monasterio de la Santa Espina, en la provincia de Valladolid, en dos turnos: del 22 de julio al 13 de agosto, y del 14 de agosto al 4 de septiembre».
Raíces cristianas
Para Isabel Fernández, «está claro que Europa hunde sus raíces en una cultura cristiana, y de ello hay numerosísimos vestigios. Durante siglos, la Iglesia ha sido la principal ‘mecenas’ del arte, y lo ha seguido siendo hasta hace bien poco. Por eso, la mayor parte de nuestro patrimonio artístico realmente es religioso. Ese patrimonio obedece a muy diversas demandas: espirituales y devocionales en su mayoría. Y todo ello tiene una finalidad original: la de transmitir el mensaje de la fe, mover a devoción, hablar de las verdades fundamentales de la fe».
«Todo eso - insiste - está en la raíz misma de todo este patrimonio maravilloso. No se puede desposeer a una obra de arte religiosa de su sentido más profundo, contando solamente los datos histórico o técnicos: su carácter espiritual en estos casos es, sin duda, lo más relevante». Además, asegura, «el deseo de Nártex es justo este: mostrar ese patrimonio de una manera global en la que lo histórico artístico se presenta acompañado de su sentido e intención más profunda y espiritual; aún más, llegar hasta ese punto en que el espectador se pone de tú a tú ante el mensaje de una obra y queda interpelado y sorprendido por el Señor que se hace presente».
«En la actualidad - observa -, hay mucha necesidad de esto: de que te hablen de la verdad, de que te hablen de belleza. Y, cuando los turistas van de visita, normalmente están descansados. Llevan el corazón abierto y es un momento muy bonito para hacer que la gente participe en esta realidad tan profunda, como es toda la huella de la fe que hay en nuestra cultura, que va además acompañada de un mensaje personal que les interpela en su vida. Un mensaje de fe directo al corazón. Ese es el paso que nosotros queremos dar», concluye.