Del 15 al 18 de agosto, Familias Invencibles realizará, en el complejo residencial Fray Luis de León de Guadarrama, su XXIV Encuentro de Verano.
Letty Florian Carbajal, miembro de Familias Invencibles, nos habla del mismo. «Desde mi experiencia personal y familiar -explica-, puedo decir que me maravillo de Dios. Nosotros hemos asistido a estos encuentros con nuestros hijos desde que eran pequeños. Ahora, nuestra hija Sara asiste con su esposo y sus dos niños pequeños, y nuestro hijo Andrés sirve en la música con su novia. De generación en generación, Dios es fiel».
Por eso, anima a las familias a vivir esta experiencia. «¡No es bueno que tu familia esté sola!», afirma. «Queremos invitarte a venir a este encuentro... El individualismo y el ritmo de vida tan agitado nos aíslan cada vez más; pero, juntos, podemos encontrar caminos para fortalecer la fe, el amor y la esperanza».
Estos encuentros en el tiempo de verano, indica, «comenzaron en el año 2001. Desde entonces, nos estamos reuniendo y caminando en esta fraternidad. Somos una familia humana y espiritual. Ya son 24 años viviendo la cercanía, la hospitalidad, el cariño de unos para con otros», remarca.
Compartir experiencias de vida familiar y de oración
Para Letty Florian, «este Encuentro de Verano quiere ser un retiro mas unas vacaciones. Un encuentro “distinto” con Dios y con los hermanos. Una nueva relación entre padres e hijos, con el Señor en medio. Y un semillero de vocaciones para la Iglesia del tercer milenio». «En el Encuentro -prosigue-, las familias conviven, se divierten, se forman y oran juntas, congregadas en torno a Cristo Resucitado junto con María, nuestra Madre y Maestra, compartiendo experiencias de vida familiar y vida de oración, todo ello en respuesta a la insistente llamada de la Iglesia en favor de la evangelización de las familias y desde las familias».
«En esta iniciativa -comenta- puede participar cualquier familia, no importa la situación que estén viviendo. Además, no es necesario que participe la familia al completo, pero al menos han de venir dos miembros de la misma».
«Este Encuentro -insiste- aporta mucha riqueza. Las familias se conocen, comparten, rezan juntas.... El Encuentro nos ayuda a vivir una fe real, en medio de las ocupaciones y quehaceres de cada día. Se establecen amistades que permanecen en el tiempo. Es un espacio donde se generan nuevos amigos para padres e hijos. Se celebra la fe y podemos decir que todos nos lo pasamos bien. ¡La fe no es aburrida!», advierte.
Y concluye indicando que «el plazo de inscripción finaliza el 10 de agosto. En esta edición, seremos como un centenar y medio de personas, de los cuales, la mitad son hijos, de todas las edades».