Noticias

Domingo, 31 marzo 2024 07:06

Lino Emilio Díez Valladares, coordinador de Liturgia de la Vicaría I: «La Pascua es el corazón de la vida cristiana»

Lino Emilio Díez Valladares, coordinador de Liturgia de la Vicaría I: «La Pascua es el corazón de la vida cristiana»

El Domingo de Resurrección es la culminación de estos días en los que hemos vivido los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Un día de gozo y esperanza, cuyo significado nos explica Lino Emilio Díez Valladares, sss, coordinador de Liturgia de la Vicaría I.

«Llegamos a la gran celebración del Triduo Pascual, que es el comienzo del gran tiempo de la alegría, el tiempo de Pascua en la vida de la Iglesia. Con la Vigilia Pascual, la madre de todas las vigilias como decía san Agustín, comenzamos este tiempo en el que la iglesia es invitada a tomar conciencia y a asimilar lo que significa la Pascua, que es el corazón de la vida cristiana, el corazón de la vida de la comunidad de los discípulos, de los seguidores de Jesús».

«La Vigilia Pascual -insiste- es el culmen del Triduo Pascual. Hemos celebrado la Pasión, la Muerte, la sepultura, y hoy, con la Vigilia Pascual, abrimos el gran tiempo de la Resurrección. Cristo vive. Cristo está vivo. Cristo está con su iglesia, en su iglesia, para ser motivo de alegría, de vida, de esperanza para nuestro mundo».

DetalleLucernario

Lucernario y liturgia de la Palabra

«La gran Vigilia pascual -prosigue- se divide en esos cuatro momentos que todos conocemos. El primero de ellos es el lucernario. Cristo es luz del mundo» y, por eso, «bendecimos el fuego, encendemos el cirio pascual, entramos en el templo iluminado por la luz de la Resurrección. Igual que el pueblo de Dios, el pueblo de Israel, caminaba por el desierto iluminado por la columna de fuego, nosotros seguimos a Cristo Resucitado».

A continuación, apunta, «escuchamos en la liturgia de la Palabra los grandes momentos de la historia de la salvación: cómo Dios va preparando a su pueblo y va haciendo historia con ese pueblo, hasta conducirlo al momento del encuentro con el Cristo resucitado, al momento culminante de la redención. Es la liturgia de la Palabra. Una liturgia de la Palabra prolongada: nueve lecturas, pero que nos van dando lo que luego Jesús dirá a los discípulos camino de Emaús. Así, desde Moisés, pasando por los profetas, llegamos al gran acontecimiento de la Pascua».

DetalleMarRojo

Liturgia bautismal

«Después de esa liturgia de la Palabra -añade-, la liturgia bautismal. El bautismo que significa la iniciación cristiana, porque no es solo el bautismo: es bautismo, confirmación y Eucaristía, que significa la incorporación al pueblo de Dios, la participación en la salvación, que es fruto de la Pascua. El don del Espíritu. La alegría».

«Y -señala- comienza así el gran periodo de los 50 días, que la iglesia nos invita a vivir como un solo día a lo largo de 50. Porque la Pascua es tan rica, tiene tantos matices, tanta riqueza, que necesitamos tiempo para ir poco a poco, asimilando, interiorizando. 50 días de alegría, marcados por el gran canto del Aleluya en la Vigilia Pascual, que luego se prolonga, día tras días, hasta 50 días, hasta la solemnidad de Pentecostés, como el canto que marca la exultanza, el gozo de la comunidad que siente la presencia del Señor Resucitado». Para este religioso sacramentino, «ese es el gran misterio que la liturgia nos invita a celebrar, partiendo de la Vigilia Pascual, y a lo largo de todo el tiempo de Pascua».

DetalleSepulcroVacio

Eucaristía

Por último, relata, «la cuarta parte de la Vigilia Pascual, que es la gran Eucaristía de Pascua. El Viernes Santo no hemos celebrado la Eucaristía: hemos celebrado la Pasión. El Sábado Santo no hemos celebrado la Eucaristía: hemos permanecido en silencio ante el sepulcro, esperando el gran acontecimiento de la Resurrección. La celebración de la Eucaristía, la cuarta parte de la Vigilia, es la gran celebración de la Pascua. El misterio pascual se actualiza, se hace presente. Cristo resucita. Y eso es lo que celebramos en la Eucaristía. Y eso es lo que nos impulsa luego, como pueblo de Dios, como pueblo de la Pascua, a ser testigos de esta gran noticia. A ser comunicadores de esta gran alegría que es la Resurrección del Señor».

«Tenemos un mensaje de vida -afirma-. Tenemos un mensaje de esperanza para este mundo nuestro que tantas veces nos habla de muerte, que tantas veces nos habla de sinsentido, que tantas veces nos habla de agobios y de tristeza. Nosotros tenemos un mensaje de vida: Cristo vive. Y Cristo da sentido a nuestra vida. Y Cristo nos invita a ser testigos de la Resurrección, como canta uno de los himnos de la liturgia de las horas: “Somos el pueblo de la Pascua. Aleluya es nuestra canción. Cristo nos trae la alegría. Levantemos el corazón”. Ese es el gran mensaje de la Pascua -remarca-. Eso es lo que somos invitados a vivir y somos invitados a contagiar, porque una dimensión importante es que no nos olvidemos que todo esto que vivimos, todo esto que experimentamos, no es para guardárnoslo en el bolsillo: es para contagiarlo, es para comunicarlo, es para compartirlo. Ese es el sentido de nuestra Pascua: somos testigos de Cristo Vivo. Somos testigos de la Resurrección», concluye.

DetalleEmaus

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search