'Arriesgan su vida por el Evangelio' es el lema del Día de Hispanoamérica que se celebrará el domingo 3 de marzo. «Esta jornada nos recuerda a los misioneros españoles repartidos por el continente americano y que pertenecen a la Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA)», como recuerda el delegado episcopal de misiones, Manuel Cuervo.
En Madrid tenemos un total de 14 misioneros. «Escuchando la llamada del Señor a ser enviados por la Iglesia a la misión Ad Gentes, desgastan su vida por amor al Evangelio, cuidan la vida de los demás, olvidándose de sí mismos, dejan su Tierra, su familia, su parroquia, es decir, las seguridades cotidianas por una vida donde ponen en juego todos los talentos que han recibido de Dios», afirma Cuervo.
También ha citado el mensaje para esta jornada de la Pontificia Comisión para América Latina: «La vida encuentra su destino verdadero en el amor, el amor que implica ofrendar la vida por nuestros hermanos trascendiendo la retórica y sumergiéndonos en la gran aventura que significa seguir la vocación que el Señor nos ha confiado».
Evangelizadores
La Obra para la Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA) es uno de los protagonistas de esta jornada, que ha agrupado a los sacerdotes españoles que han salido de sus diócesis de origen para colaborar con la labor que lleva adelante la Iglesia en Latinoamérica.
La Conferencia Episcopal Española estableció en el año 1959 que, en el umbral de la Cuaresma, se dedicara una jornada al reconocimiento de la vinculación evangelizadora que une a las Iglesias de España con las que peregrinan en América. Desde entonces, en estos 65 años, se ha dado gracias a Dios al comprobar que la fe recibida se ha difundido como luz del Evangelio en el continente. Por otro lado, más del 70% de los misioneros españoles están cooperando como evangelizadores en aquellas Iglesias.
Vocación misionera
Esta Jornada misionera es una nueva oportunidad para descubrir que también los sacerdotes diocesanos, como cualquier otro fiel, puede recibir de Dios el don de la vocación misionera. Ellos son también la expresión de la dimensión universal que ha de tener toda Iglesia particular.
Una vocación misionera que es un riesgo, como dice el lema de este año: Arriesgan su vida por el Evangelio. Como señalaba en 1980 el obispo mártir de El Salvador, san Óscar Romero, tal y como se recoge en el mensaje de esta jornada: «Acaban de escuchar en el evangelio de Cristo que es necesario no amarse tanto a uno mismo, que se cuide uno para no meterse en los riesgos de la vida que la historia nos exige y que quien quiera apartar de sí el peligro perderá su vida. En cambio, el que se entrega por amor a Cristo al servicio de los demás, vivirá».