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Jueves, 26 octubre 2023 12:46

Susana Hernández, presidenta de FACIAM: «Este año queremos llamar la atención sobre el aislamiento que viven las personas sin hogar»

Susana Hernández, presidenta de FACIAM: «Este año queremos llamar la atención sobre el aislamiento que viven las personas sin hogar»

«En los últimos 10 años el número de personas sin hogar ha aumentado un 70% a nivel europeo y casi un 25% en España. El sinhogarismo se ha diversificado. La sociedad identifica el sinhogarismo con la calle», afirma Susana Hernández, presidenta de FACIAM. Con el lema Comparte tu red, las asociaciones y servicios que participan en el Día de las Personas sin Hogar en Madrid, que se coordina desde la Red FACIAM, se han unido un año más para presentar la Campaña de Personas sin Hogar 2023.

«El sinhogarismo aumenta porque las situaciones que llevan a ello se multiplican. No es solo un problema personal, es sobre todo social. Por tanto, de todos. Seguimos pensando que las personas han llegado a sinhogarismo porque tomaron malas decisiones, porque no quieren trabajar o porque tienen una adicción a alguna sustancia», explica Hernández.

El perfil de las personas sin hogar es muy heterogéneo: no hay un único patrón, sino experiencias vitales diferentes que llevan al sinhogarismo. Y es, en contra de lo que a veces se piensa, una situación en la que puede acabar cualquier persona cuando se entrecruzan varios factores: el personal, laboral, familiar, económico... Si atendemos a los datos del INE del último año, habría unas 28.552 personas sin hogar - atendidas en centros asistenciales de alojamiento y restauración-, lo que supone un incremento del 24,5% en los últimos diez años.

Existen dos circunstancias definitorias que se perciben de manera común a la hora de hablar de sin hogar: la carencia de un lugar estable para vivir y la carencia o ruptura de vínculos sociales.

El estudio realizado por FACIAM con respecto a las relaciones de apoyo y las situaciones de exclusión y sinhogarismo revela que más de la mitad de las personas sin hogar encuestadas (57 %) tiene un apoyo social bajo, lo que hace que el 34 %, cuando tiene un problema, acuda a los profesionales que acompañan su intervención. El 36,4 % señala que encontrar ayuda es difícil o muy difícil. Esta falta de apoyo se asocia a niveles más bajos educativos y económicos.

Susana Hernandez

«Hay que repetir una y otra vez que la vivienda es un derecho, no sobre un papel, sino de verdad. Porque tener una vivienda abre la puerta a otros derechos, como son la seguridad, el empadronamiento, la protección social, el empleo...», afirma Susana.

En esta línea, Hernández señala que la Campaña de este año pone el acento «en un aspecto del sinhogarimo: las redes de apoyo o el aislamiento». Con este lema quieren llamar la atención sobre el aislamiento que viven las personas sin hogar. «Estar solo, no tener una red familiar, de vecinos, de amigos provoca una caída en el sinhogarismo más rápida y profunda y una salida más dificultosa». «Los testimonios de las personas que han estado en la presentación harán que la sociedad cambie de opinión», asegura la presidenta de FACIAM, «ellos han pasado poco tiempo en la calle, pero no tienen un hogar».

«Vivir en la calle ha sido durísimo»

La edad es también un factor determinante para encontrar nuevas oportunidades. A medida que aumenta, se reduce el apoyo social; las personas más mayores, a partir de los 55 ó 60 años, tienen menos posibilidades de encontrar un empleo que les dé autonomía.

Es el caso de Manuel, de 60 años. Con 40 años tuvo que dejar de trabajar para cuidar de su madre enferma. Pasó diez años apartado del mercado laboral, hasta que falleció su madre. Cuando trató de buscar de nuevo empleo se encontró con que todas las puertas se cerraban al ver su edad, «demasiado mayor», le decían. El piso donde vivía era de su madre y tuvo que venderlo para repartir la herencia con sus hermanos, motivo por el que dejaron de hablarse.

Con la parte que le tocó, vivió de alquiler mientras seguía buscando trabajo, pero eso no sucedió; la situación se hizo insostenible y, como no podía hacer frente al alquiler, terminó viviendo en la calle. «Un mundo que no conocía, lo veía como algo lejano que no podía pasarme a mí, no sabía ni que existían comedores sociales, ni ayudas, ni nada».

Manuel asegura que «vivir en la calle ha sido muy duro, durísimo. El mundo se te viene encima». Sentía miedo y vergüenza, por no estar aseado y por las miradas ajenas. Sus lazos familiares estaban rotos. Y amigos que te dicen que «no puedo dejarte dormir en el sofá, porque los perros no te conocen».

La situación era tan insoportable para él, que tuvo un intento de suicidio. Acudió a un Centro CEDIA 24 Horas, donde estableció buenas relaciones de apoyo con equipos y otros compañeros. Ahora vive en una Residencia de los Hermanos de San Juan de Dios.

El testimonio de Manuel es un caso claro donde, además de la ruptura de lazos familiares, la edad juega en su contra, tanto para encontrar empleo como para poder tener una vivienda.

Manuel

«Me siento útil para la sociedad»

En el caso de los jóvenes, el sinhogarismo se vincula a la falta de figuras de referencia que acompañen a la persona en su proceso de desarrollo vital y transición a la vida adulta. Son ya el 32 % de las personas sin hogar. Este es el caso de Estrella, joven migrante de Honduras que dejó en su país a su padre y hermano, por la inseguridad que allí estaba viviendo. Lleva en España 10 meses, país al que llegó sola, aunque conocía a unos amigos de su padre. Ha tenido trabajos eventuales, porque no tiene regularizada su situación, pero al menos le han permitido alquilar habitación.

Actualmente está en un piso de jóvenes, tras pasar por el Albergue San Juan de Dios. Su sueño es «estudiar y poder traer a mi familia a España».

El suyo es un caso esperanzador, porque la edad hace que tenga más posibilidades de tener nuevas redes de apoyo. Y es también el de muchas personas migrantes, que salen en busca de esperanza, pese a que «sabía que iba a sufrir, a llorar, no estaba preparada para despedirme de mi familia». Ahora Estrella asegura que «se siente útil para la sociedad».

También, el género es un factor determinante para estar en riesgo de exclusión; ya que las mujeres en situación de sin hogar, pese a contar con más redes de apoyo, están más desprotegidas; muchas de ellas han sido víctimas de violencia de género y representan el 20 % de personas sin hogar.

Estrella

«Me ha fallado la familia»

María nació en Madrid hace 34 años y se ha criado en Navalmoral de la Mata. Es artista grafitera, y vive de ello desde que tenía 24. Considera que quizás su caso no es tan grave como otros, «me siento mal pidiendo ayuda, porque hay gente peor que yo», dice. Pero al final ha tenido que hacerlo. Fue tras quedarse embarazada y no contar con una red familiar que la apoyase. Ha sido siempre muy independiente, ya que con 18 años se fue de casa.

Tuvo un accidente grave. Estuvo dos días en coma y cuando se despertó le dijeron que estaba embarazada. «Con el embarazo no podía trabajar, y sin ingresos no podía tampoco alquilar la habitación». «Mi familia me ha fallado. No los necesitaba económicamente pero sí anímicamente», afirma. Por suerte, tenía una red de amigos que le recomendaron pedir ayuda. «Nuncá me imaginé que la Iglesia, que Cáritas, me pudiese ayudar». Ahora vive con su bebé de tres meses, Montana, en el Hogar Santa Bárbara, un recurso de Cáritas Diocesana de Madrid para madres solas. El suyo es un caso de una familia monoparental sin vivienda fija.

 Maria

Petición de la Red FACIAM

Ante estos datos, las entidades de la Red FACIAM piden abordar el sinhogarismo como un problema social, más allá de la cuestión económica o el problema personal. «Es necesario», señala la presidenta de FACIAM, «visibilizar el sinhogarismo como un problema social, que debe atajarse con políticas públicas y medidas que den apoyo social a las necesidades de las personas que no tienen un hogar».

Se trata, por un lado, de garantizar el acceso a una vivienda, ya que faltan viviendas sociales y los alquileres son excesivos, no asequibles para todas las personas. Además, los trámites burocráticos para que una persona pueda empadronarse dificultan su acceso a una vivienda o a otros recursos habitacionales. Y, por otro lado, se trata de promover las redes de apoyo. «Reivindicamos el componente relacional como prioridad, tanto en la prevención de las situaciones de calle, como en los procesos de recuperación e incorporación social», matiza Hernández.

Una de las medidas propuestas por la Red es incorporar el apoyo social en los programas de intervención, y conectar a las personas en espacios comunitarios. Se trata de empoderar a las personas para que construyan comunidad, sin eximir de responsabilidad a las Administraciones públicas, dado que el sinhogarismo es un problema estructural.

Las relaciones de apoyo garantizan que una persona tenga más posibilidades de integración. Hablan de: apoyo emocional, que permita a la persona interactuar, compartir y recibir cariño; apoyo funcional, que permita a la persona acceder a recursos y cubrir carencias materiales y necesidades básicas; apoyo legal, que permita a la persoma eliminar barreras legales, formativas o administrativas que contribuyan al acceso a derechos, como el empleo, el alojamiento o la obtención de una renta; y apoyo informativo para recibir consejos y encontrar las respuestas adecuadas a las necesidades que se tienen.

Hernández ha concluido señalando «la importancia de tener una red que nos sostenga, lo hemos visto con los testimonios de Manuel, Estrella y María. La sociedad tiene que ser la red para siempre. Por ello, tengamos esa mirada para entender que nos puede ocurrir a cualquiera».

La presentación de la Campaña ha finalizado con la lectura de un manifiesto por parte de Antonio y Susana. Ellos quieren ser reconocidos y que les llamen por su nombre. Y que las personas sin hogar no olviden que no están solos ni solas.

Lectura manifiesto

Campaña Personas Sin Hogar

Esta es la 31ª edición de la Campaña Personas Sin Hogar, una iniciativa cuyas entidades promotoras son Cáritas, FACIAM (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a personas marginados), XaPSLL (Xarxa d'Atenció a Persones Sense Llar de Barcelona) y besteBI (Plataforma por la Exclusión Residencial y a favor de las Personas Sin Hogar de Bilbao).

La Campaña se celebra el día 29 de octubre, y previa a la misma, este jueves 26 de octubre se han organizado actos en varias ciudades de España, de manera simultánea.

En Madrid ha habido una marcha de Callao a la Plaza de Ópera. Una actuación musical con la colaboración de Músicos por la salud. Y, de manera simbólica, se ha tejido una red realizada por la artista textil Concha Ortigosa, y en cuya decoración han participado las personas de la red de atención a personas sin hogar de la ciudad de Madrid.

El objetivo es visibilizar a las personas que están en situación de sin hogar y reclamar derechos sociales que las protejan, como garantizar vivienda o promover lazos de apoyo.

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