Archidiocesis de Madrid - “Los misioneros son nuestros”, dice el obispo de Vic, Mons. Romà Casanova

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Martes, 21 octubre 2014 06:47

“Los misioneros son nuestros”, dice el obispo de Vic, Mons. Romà Casanova

El obispo de la diócesis de Vic, Mons. Romà Casanova, recuerda a sus fieles, con motivo del DOMUND, que a los misioneros debemos sentirlos como nuestros, porque lo son, “aun más, todos debemos decir ‘Yo soy DOMUND’”.

“El santo padre Francisco, en las primeras palabras de su exhortación apostólica Evangelii gaudium nos dice: ‘Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría’. Y de estas palabras del Papa sale el lema de este año para la Jornada Mundial de la Propagación de la Fe, el DOMUND, ‘Renace la alegría’. Con este lema se quiere hacer presente la acción de los misioneros y misioneras por todo el mundo. Ellos hacen presente la misión de la Iglesia de llevar a Cristo al corazón de los hombres y mujeres sin ninguna distinción de países o lenguas, de culturas o de religiones. El papa Pablo VI, que en esta fecha del 19 de octubre será beatificado, decía en un documento profético, Evangelii nuntiandi: ‘La Iglesia mantiene vivo su empuje misionero. La Iglesia se siente responsable ante todos los pueblos. No descansará hasta que no haya puesto de su parte todo lo necesario para proclamar la Buena Nueva de Jesús Salvador’.

Los misioneros están especialmente presentes en los medios de comunicación y en muchas de nuestras conversaciones, porque muchos de ellos están en los países de África occidental que sufren la epidemia del ébola. Y están presentes sobre todo los misioneros que han sido infectados con este virus y los que han muerto. La presencia de los misioneros en estos países habla de una fidelidad al Señor que los lleva al servicio de los más pobres, haciendo presente el amor de Dios y su Reino.

Los misioneros son los que llevan en el corazón la alegría del Evangelio y experimentan la alegría de evangelizar. Ellos son auténticamente discípulos y misioneros. No entienden su fe sin la evangelización, sin llevar el Evangelio a todos los que encuentran en su camino misionero. Ellos también experimentan cómo la alegría llena su corazón cuando viven lo que son. De hecho, no se cansan de decir que reciben más de lo que dan. El fruto de la misión es la alegría en el corazón del que se abre a Cristo y la alegría en el corazón del que evangeliza.

Pero todos los cristianos son misioneros y evangelizadores. Lo hemos de ser siempre allí donde estemos. La misión evangelizadora entre nosotros no nos puede hacer olvidar la misión más allá de nuestras fronteras geográficas. Los misioneros son nuestros. Todavía más, todos hemos de decir: ‘Yo soy DOMUND’, porque rezamos por las misiones y los misioneros, porque apoyamos las vocaciones misioneras. Debemos ser una Iglesia en salida misionera, viviendo la alegría de evangelizar. Tenemos que sentir que los misioneros son bien nuestros”.