Alois Loeser, prior de la comunidad ecuménica de Taízé (Francia), ha asegurado respecto al encuentro internacional convocado por Taizé en Valencia para fin de año 2015, al que se prevé la asistencia de más de 30.000 jóvenes europeos, que “queremos que sea un acontecimiento de esperanza en el futuro”, ante “el desánimo y el descontento que se extienden por las sociedades humanas”.

En una entrevista que publica el periódico diocesano PARAULA, el hermano Alois, de 60 años, alemán, de Nördlingen, Baviera, y nacionalidad francesa, que sucedió al hermano fundador de la comunidad, Roger Schutz, tras su muerte en 2005, considera que “hoy en día hay en Europa jóvenes que se sienten especialmente desamparados, desorientados, sin perspectivas de futuro. Quizás no es la violencia en sí misma lo que los atrae, sino la búsqueda de una causa que dé sentido a su vida, que pueda hacerles decir: `Mi vida tiene importancia´”.

Por ello, manifiesta que “la cuestión que nos asalta es ésta: ¿cómo estar más cercanos a estos jóvenes desorientados, cómo acompañarlos más antes de que tomen decisiones irrevocables?”

Así, “quisiéramos que un encuentro como el de Valencia fuera un acontecimiento de esperanza, dar a los jóvenes una confianza en el futuro: su futuro personal, el futuro de la Iglesia y el futuro de nuestras sociedades”, destaca el hermano Alois que considera que la contribución de los cristianos para suscitar para la esperanza está en la “fraternidad inaugurada por Cristo”:

A este respecto, destaca el prior de Taizé que “nuestra fe es auténtica en la medida en que se encarna en una fraternidad y ésta está, efectivamente, en el corazón del mensaje del Evangelio. Para contribuir a moldear el rostro de las sociedades de mañana, ¿no tenemos, nosotros los cristianos, que estar en primera línea y buscar la realización de la fraternidad inaugurada por Cristo? Entonces descubrimos que la felicidad se encuentra no en el “cada uno por sí mismo”, sino en la solidaridad entre los humanos”.

Además, también en el próximo encuentro de Valencia “esperamos profundizar aún más en cuestiones como éstas: ¿cómo entrar positivamente en la globalización, sin que signifique la opresión de los más pobres o de las culturas minoritarias? ¿cómo vivir una vida interior en un mundo cada vez más tecnológico?”

“No tenemos ningún `secreto´, en particular”

Preguntado por la capacidad de convocatoria de la comunidad ecuménica de Taizé, que congregó en el último encuentro en Praga a más de 30.000 jóvenes de 65 países distintos, en su mayoría europeos, el hermano Alois señala que “no tenemos un `secreto´ en particular. En un período en que el mundo atraviesa tensiones, muchos jóvenes quisieran ser portadores de esperanza, de confianza, de paz, allí donde viven. Un encuentro así los sostiene en su marcha hacia delante”.

Y respecto a cómo han cambiado los jóvenes de Europa desde que empezaron estos encuentros hace más de 30 años, el prior de la comunidad ecuménica de Taizé cree que “están más inquietos por su futuro, son más los que tienen que hacer frente a dificultades materiales, muchos estudian pero no encuentran trabajo, buscan un proyecto de vida, pero les falta apoyo en la sociedad”.

Además, hoy “quizás se interrogan más sobre el sentido de la vida y se siguen preguntando: ¿cómo creer en Dios? ¿cómo creer en Él especialmente frente del sufrimiento? ¿qué espera Dios de mí? Éstas son preguntas profundas, existenciales, que llevan con ellos durante estos encuentros y que les gusta compartir con otros jóvenes”.

La invitación de monseñor Osoro para ser sede y la confirmación del Cardenal

La propuesta de que Valencia acogiera el encuentro partió en 2010 del entonces arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, actual arzobispo de Madrid. “Nos visitó el estimado arzobispo Osoro con un grupo de seminaristas valencianos y me sorprendió y me conmovió escucharle decir que Valencia estaba disponible para acoger un encuentro europeo. Algunos meses después, por carta, renovó su invitación. En mi corazón, dije que sí enseguida” y, al estar ya comprometidos los encuentros anuales en Berlín, Roma, Estrasburgo y Praga, “nos alegramos enormemente de que el cardenal Cañizares confirmara la invitación”. La designación de la capital valenciana fue anunciada oficialmente por el hermano Alois el pasado 31 de diciembre desde Praga donde tuvo lugar el último encuentro.

Respecto a la organización de un encuentro multitudinario como el próximo de Valencia, el hermano Alois precisa que “el corazón de la preparación de un encuentro así no es, primeramente, cuestiones de organización, sino la búsqueda de los tesoros del Evangelio que están presentes en la vida de la Iglesia local, de las comunidades, de las parroquias”, por lo que “a finales de año, la visita de miles de jóvenes europeos puede ser entonces la ocasión de compartir estos tesoros. Todos los valencianos pueden participar en esta búsqueda”.