España

Jueves, 23 abril 2015 06:22

Oración misionera en el secular monasterio de las Cistercienses de Benaguasil

El pasado domingo 19 de abril, la Comunidad de Cistercienses Gratia Dei de la localidad valenciana de Benaguasil, fundado en 1265, acogía la “Oración Misionera”, organizada por la delegación de misiones de Valencia.

Un encuentro de adoración e intercesión por todas las necesidades de las misiones, resaltando sus tres objetivos principales: la sensibilización misionera de los fieles, la promoción de vocaciones misioneras, y el sostenimiento económico de las misiones. En dicha oración se tuvo presente a todos los misioneros, religiosas y fieles cristianos que trabajan con total entrega y generosidad en las misiones. Las religiosas del monasterio, desde su vida contemplativa, se ofrecieron a dedicar sus plegarias por esa intención.

Según informan desde la delegación de misiones, “la oración transcurrió en un clima de silencio y adoración. Los ratos de silencio, ante el Santísimo, son el lugar donde se fortalece el misionero y la misión”.

Hubo también un tiempo dedicado al testimonio misionero. El padre Rubén Cortell presentó un bosquejo de la realidad de su misión. Se encuentra en una zona marginal de la ciudad de Portoviejo rodeada de problemas propios de las regiones pobres, la delincuencia, la inseguridad, insalubridad y un largo etc. Su zona se pobló hace 25 años, a causa de la invasión de terrenos por familias de zonas rurales, sumamente pobres y con escasos recursos económicos.

Por ser zona de invasión, la infraestructura de urbanización es prácticamente inexistente, casas de caña, calles sin asfaltar, siendo casi imposible el caminar en tiempo de lluvia. No hay área verde y las escuelas y colegios están distantes; los desplazamientos se hacen en bus o bicicleta.

La violencia y el tráfico de drogas marcan la realidad, con la formación de pandillas, el sicariato, la prostitución... A pesar de las dificultades, la población ha ido creciendo, se calcula que habrá unos 35.000 habitantes, mayoritariamente jóvenes y niños.

El 70% de las personas vive de trabajos eventuales, el 30% de un sueldo básico y sirve para mantener a su familia pero de ahí han de pagar los recursos básicos: agua, luz... Es una forma de vida realmente podre. El carecer de un sueldo conlleva a pasar auténtica necesidad. Los niños no pueden estudiar por falta de recursos, viéndose obligados a trabajar en la calle. Las dificultades económicas hacen que las viviendas sean muy precarias, pequeñas y habitadas por muchas personas, dificultando la convivencia. En una sociedad muy machista, con violencia hacia las mujeres y abusos de los niños.

La falta de trabajo afecta especialmente a los jóvenes, abocados al consumo de tráfico de drogas, convirtiendo el barrio en “zona” roja por la violencia y lucha de bandos rivales.

La comunidad católica se organizó pronto contando con la ayuda de la parroquia cercana de San Ignacio de Loyola, en la que había reuniones con celebraciones de la Eucaristía en la calle, patios, canchas con carpas... El pasado mes de septiembre tuvo lugar la bendición de una nueva capilla que se ha podido construir gracias a la financiación total del Colegio-Seminario Santo Tomás de Villanueva. Se cuenta con un buen grupo de laicos que se responsabilizan de la parroquia y de las comunidades y de las catequesis de niños, jóvenes, y catequesis familiar. Están inscritos unos 950 niños con sus familias. La parroquia cuenta con 67 catequistas. Los grupos de pastoral social han organizado apadrinamientos para familias. Tienen una comunidad joven, dinámica y participativa que a pesar de las dificultades sociales y económicas tratan de ser testimonio del Reino.

“Necesitan y agradecen nuestra oración por las comunidades de misión y por los misioneros, que en nombre de la diócesis sirven con alegría en aquellas parroquias, verdaderas periferias a las que se sienten llamados a anunciar, con la fuerza del Espíritu la Buena noticia del Evangelio. Agradezcamos a Dios la entrega de este hermano misionero que, olvidado de sí, prolonga la presencia del Resucitado haciendo presente entre los hombres el Amor del Padre Bueno”, manifiestan desde la delegación de misiones.

La próxima “Oración Misionera” será el 17 de mayo a las 19h en el Monasterio de las Franciscanas Clarisas de Concentaina.

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