El Santo Padre, como cada miércoles, ha celebrado la Audiencia General en la Plaza de San Pedro. Una hora antes,recibió en el salón adyacente al Aula Pablo VI a los jugadores del Club de Fútbol del Bayern de Múnich.
A continuación, después de recorrer la plaza en su papamóvil para saludar a todos los presentes, retomó el ciclo de catequesis dedicado a la Iglesia, centrándose en la Iglesia como Cuerpo de Cristo y definiéndola como ``la obra maestra del Espíritu, que infunde en cada uno la vida nueva de Cristo Resucitado y nos coloca al lado del otro, para servirlo y apoyarlo, convirtiéndonos en un solo cuerpo, construido en la comunión y el amor``. Sin embargo, destacó que no es sólo ``un cuerpo construido en el Espíritu: ¡La Iglesia es el Cuerpo de Cristo! Y no es sólo una forma de hablar: ¡Lo somos realmente! ¡Es el gran regalo que recibimos el día de nuestro Bautismo!``.
El Papa indicó que sería bueno recordar más a menudo lo que somos y lo que hizo por nosotros el Señor Jesús. ``Somos su cuerpo -dijo-, ese cuerpo que nada ni nadie le puede arrebatar y que él recubre con toda su pasión y su amor, como un esposo lo hace con su esposa``. Asimismo señaló que las divisiones, las envidias, las incomprensiones y la marginación ``no están bien, porque, en lugar de construir y hacer crecer a la Iglesia como Cuerpo de Cristo, la fracturan en muchos pedazos, la desmiembran``. En este contexto recordó algunos consejos que el apóstol Pablo daba a los Corintios, que ya en su época debían afrontar las mismas dificultades y que valen también hoy para nosotros. ``No ser celosos, sino apreciar en nuestras comunidades los dones y las cualidades de nuestros hermanos; acercarse y participar en el sufrimiento de los más pobres y los más necesitados; expresar la propia gratitud a todos y, por último, -finalizó- no considerar a nadie más importante que a otro, sino en la caridad considerarse como miembros los unos de los otros, que viven y se dan a sí mismos en beneficio de todos``.
Al final de la catequesis, el Pontífice saludó en los diferentes idiomas a los peregrinos y fieles allí reunidos y dedicó unas palabras a los empleados de la compañía aérea ``Meridiana`` de la Comunidad Diocesana de Tempio Ampurias (Cerdeña - Italia) que están viviendo momentos muy difíciles de incertidumbre laboral. ``Espero -concluyó- que se pueda encontrar una solución equitativa que tenga en cuenta, ante todo, la dignidad de la persona humana y las necesidades esenciales de las familias... lanzo un llamamiento a todos los responsables: ¡por favor, ninguna familia sin trabajo!``.