El pasado 6 de diciembre se cumplían diez años de la muerte del fundador Fernando Rielo Pardal (Madrid, 1923; Nueva York, 2004). Y este momento significativo se ha celebrado en numerosos países de cuatro continentes en los que misioneros y misioneras identes despliegan su labor apostólica con una serie de actos religiosos y académicos en honor a su vida y a su obra. Lo acaecido en tres ejes principales: Madrid, Roma y Nueva York sirven para dar constancia del reconocimiento que han manifestado sus hijos, miembros de la Iglesia, del mundo académico y en general quienes le conocieron por distintas vías, dando gracias a Dios por su vida y quehacer apostólico.

En Madrid, su ciudad natal, más de un millar de personas se congregaron el día 6 en la catedral de la Almudena en una misa concelebrada por veinticinco sacerdotes, presidida por el arzobispo monseñor Carlos Osoro, quien glosó la personalidad de Fernando Rielo trazando en su homilía los hitos más significativos que jalonaron su fecunda existencia. Su llamada a vivir la santidad cuando era casi un adolescente, su pasión por el Padre Celestial, una conciencia filial que transmitió a sus hijos e hijas espirituales y que rubricó su acción apostólica movido por al afán de llevar el Evangelio a todos los rincones del mundo, su fidelidad a la Santísima Trinidad y la fidelidad a la Iglesia sellada por el estudio y defensa activa del magisterio eclesial, otro rasgo de la espiritualidad del Instituto Idente, así como su devoción por María y por José. Al respecto monseñor Osoro recordó que la piedad mariana de Rielo se concretó en nueva advocación dada a la Iglesia: Nuestra Señora de la Vida Mística, a quien el Instituto tiene dedicada una capilla precisamente en esa catedral madrileña. Entre otras cosas manifestó también que ese sentimiento que el fundador trasladó a sus hijos espirituales, a quienes alentó a tener el mismo propósito de Cristo: “pasar por esta vida haciendo bien a todos”, había sido el sello de su vida. Al final de este acto eucarístico, el arzobispo de Madrid quiso recitar el Trisagio a María, como el fundador enseñó a los integrantes de la Institución, en la capilla de Nuestra Señora del Rosario sita en la cripta de la catedral donde yacen los restos de Fernando Rielo, un acto emotivo y lleno de unción.

En Roma el acto litúrgico tuvo lugar el día 6 en la basílica de Sant’ Andrea della Valle. Esta celebración eucarística fue presidida por el cardenal Rodé, a quien acompañaron el Presidente General de los misioneros y de las misioneras identes, P. Jesús Fernández, y un largo número de presbíteros concelebrantes. El cardenal conocía muy bien el Instituto de su época como Prefecto de la Congregación de la Vida Consagrada, y al ver el crecimiento y desarrollo que apreciaba en él, quiso mostrar públicamente su gozo ante las seiscientas personas aproximadamente que se congregaron en este templo, subrayando la calidad del apostolado realizado por los misioneros identes y su importante acción en la nueva evangelización.

En Nueva York se ofició una misa el 5 de diciembre en la catedral de San Patricio presidida por S.E. Edward Cardenal Egan, arzobispo emérito de Nueva York. Celebraron la Eucaristía monseñor Robert Brennan, Vicario General y obispo auxiliar de la Diócesis de Rockville Centre, NY, junto al P. Luís Casasús, Superior General de los misioneros identes, y una docena de sacerdotes. Ante la presencia de cerca de dos mil fieles, el cardenal Egan en su homilía quiso honrar la memoria de Fernando Rielo iniciando su exposición en español para proseguir después en lengua inglesa alabando su obra y la que llevan a cabo en Nueva York los misioneros y misioneras identes.

Como actos complementarios a este merecido homenaje dispensado a este fundador, en Nueva York el 7 de noviembre tuvo lugar otro de cariz académico en torno a la obra de Fernando Rielo que se celebró en el Centro Católico Edward Cardinal Egan de New York University, presidido por el mismo Cardenal Egan, que no dudó en presentarse como “voluntario idente” refiriéndose a Fernando Rielo con un personal: “nuestro fundador”. En su intervención destacó el carisma del Instituto Idente y su labor apostólica e intelectual. Asimismo calificó como advocación “hermosísima” la de María como Nuestra Señora de la Vida Mística.

En Madrid, en la Casa de Vacas, el acto académico-cultural organizado en homenaje a Rielo el 5 de diciembre permitió presentar diversos ámbitos de su rica personalidad y de su obra en tres líneas concretas: espiritualidad, pensamiento y poesía.

Como colofón, en Roma, el 7 de diciembre los misioneros y misioneras identes, y los miembros de la gran Familia Idente recibieron con indescriptible gozo el saludo que el papa Francisco dirigía a toda la Institución al terminar el ángelus con estas palabras: “En particular, saludo a los misioneros y misioneras Identes. ¡Tan buenos! Que hacen tanto bien". Fue sin duda el broche de oro que cerraba estos diez años del tránsito a la vida eterna de Fernando Rielo que se entregó por Cristo y su Iglesia dejando abiertas distintas fundaciones encaminadas a dar gloria a la Santísima Trinidad por todas las vías.