El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pedido este martes por la noche en el Discurso del Estado de la Unión <http://youtu.be/cse5cCGuHmE> que el Congreso ponga fin este año al embargo a Cuba. 

En una histórica alocución ante la Cámara de Representantes y el Senado, retransmitida a nivel nacional en horario de máxima audiencia, Obama ha argumentado que la política estadounidense hacia la isla no ha dado resultados tras 50 años. 

Alan Gross, cuya liberación ha allanado el camino al anuncio del deshielo de las relaciones entre EEUU y Cuba, ha sido uno de los invitados presentes en la sesión.

Durante su intervención, el presidente estadounidense ha apelado al Congreso para que inicie "el trabajo de poner el fin al embargo" este mismo año. "Es hora de probar algo nuevo", ha afirmado el mandatario, quien el pasado 17 de diciembre ha anunciado la intención de reestablecer relaciones diplomáticas con el país caribeño. "Como dijo Su Santidad, el papa Francisco, la diplomacia es un trabajo de `pequeños pasos`. Y estos pequeños pasos han ido sumándose para dar una nueva esperanza al futuro de Cuba", ha destacado.

"Nuestro cambio de política en relación con Cuba tiene el potencial de poner punto final a un legado de falta de confianza en nuestro hemisferio; desmorona una excusa ficticia para imponer restricciones en Cuba; defiende los valores democráticos; y extiende una mano de amistad al pueblo cubano", ha señalado Barack Obama.

La declaración del mandatario se produce un día antes de que comience la visita de más alto nivel de funcionarios estadounidenses a Cuba en tres décadas, con el objetivo de trabajar en el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas con la isla. 

Además, esta la primera vez que un presidente de EEUU pide el fin del embargo en un discurso del Estado de la Unión. Los cubanos han podido ver el discurso de Obama en directo gracias a un canal venezolano que ha retransmitido el discurso del Estado de la Unión para Cuba.

Una de las primeras reacciones a este pronunciamiento ha sido la de la congresista republicana de Florida, Ileana Ros Lehtinen, que se ha mostrado contraria a la solicitud del presidente de EEUU y ha afirmado que levantar el embargo "sería una traición para más de 11 millones de cubanos que viven bajo un régimen tirano comunista".

Al ser una ley, el embargo sólo puede ser retirado en su totalidad por una decisión en el Capitolio, donde hay un grupo de férreos defensores de esta medida histórica. En particular, dos pesos pesados en el Senado que defienden la medida son el demócrata Robert Menéndez, de Nueva Jersey, y el republicano Marco Rubio, de Florida.

Ambos senadores tienen ascendencia cubana y han sido figuras importantes en el Comité de Relaciones Exteriores de esa cámara, que juega un rol fundamental a la hora de tomar decisiones de política internacional.

Pero la oposición al embargo es creciente en la sociedad estadounidense. Las encuestas reflejan que incluso la mayoría de los cubanoestadounidenses quiere su fin. Más de la mitad (52 por ciento) quiere que se levante el embargo, según una encuesta del año pasado de la Universidad Internacional de Florida. En 1991, el apoyo al bloqueo comercial, económico y financiero era del 87 por ciento.

Asimismo, cada vez más empresarios estadounidenses está haciendo lobby en la Casa Blanca y el Congreso para acabar con las restricciones que EEUU comenzó a imponer en 1961 para intentar debilitar al gobierno de Fidel Castro.

También la exsecretaria de Estado, exsenadora y exprimera dama, Hillary Clinton, ha reconocido en su biografía Hard Choices y en diversas entrevistas que las restricciones no responden a los intereses estadounidenses actuales ni a promover el cambio en la isla caribeña.

Por su parte, 44 ex altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos, empresarios e intelectuales han enviado el año pasado una carta abierta al presidente Barack Obama pidiéndole que suavice su política hacia Cuba. Y previo al discurso de este martes, 78 figuras del mundo político y económico han hecho lo mismo para demostrar su apoyo al nuevo rumbo que han tomado las relaciones con La Habana.

Esto se suma a la primera visita a Cuba en 15 años de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que ha ocurrido en el pasado mes de mayo y ha enviado una señal sobre los intereses comerciales que podrían abrirse si se pone fin al embargo.