Los obispos japoneses acaban de publicar el texto litúrgico para la celebración de una fiesta muy importante para la Iglesia de este país. Se trata de “Nuestra Señora del Descubrimiento de los Cristianos Japoneses”. Se celebra todos los años el día 17 de marzo. Una fiesta mariana que, a la vez, es un homenaje a quienes durante casi tres siglos mantuvieron la fe en medio de una de las persecuciones más despiadadas que ha sufrido la Iglesia en su ya milenaria historia.
Tras el gran impulso evangelizador de San Francisco Javier y los primeros misioneros, Japón cerró sus puertas a los extranjeros, permitiendo sólo a unos pocos países comerciar pero no tener residencias permanentes. Mientras, se desató la persecución contra los cristianos y se multiplicaron los mártires. Se destruyeron crucifijos, libros religiosos, imágenes. Los cristianos, durante más de 200 años, transmitieron la fe oralmente, de generación en generación, confiando en el retorno prometido de los misioneros.
En 1865, Japón abría sus puertas de nuevo al comercio extranjero y se permitía a los sacerdotes entrar en el país para atender las necesidades espirituales de los extranjeros. Se construyó una capilla en Nagasaki. Los “viejos cristianos”, como eran conocidos, llegaron a esa iglesia en busca de aquellos misioneros que, sus antepasados, les habían asegurado que un día volverían. Habría tres “claves” para identificarlos. ¿El Pastor universal de la Iglesia vivía en Roma? ¿Estaba casado el sacerdote? ¿Creía el sacerdote en la Madre de Dios?
Al escuchar las respuestas del misionero, se convencieron de que aquel hombre pertenecía a la fe de sus antepasados. Hoy, en la misma colina donde se crucificó a muchos mártires se levanta la Catedral de Nagasaki, “Nuestra Señora del Descubrimiento”.
El aniversario de aquel encuentro o “descubrimiento”, es día de fiesta a María, el próximo 17 de marzo. Cualquier católico del mundo puede unirse a la oración colecta de la Misa que se celebrará ese día en las Iglesias de Japón: Dios misericordioso, sostenidos por tu gracia, los cristianos de Japón soportaron la cruel persecución y transmitieron su fe durante siete generaciones. Concédenos que nosotros, sus descendientes, celebremos con alegría su descubrimiento en este mismo día en Nagasaki, que gracias a la guía e intercesión de Santa María seamos fuertes en la tribulación y recorramos con coraje el camino de la fe. Amén.
Mundo
Viernes, 27 febrero 2015 05:09
La Iglesia japonesa celebra a “Nuestra Señora del Descubrimiento de los Cristianos Japoneses”
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