El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, invitó a vivir este tiempo de Cuaresma como una ocasión para “una verdadera conversión de la mente y el corazón”. El prelado comentó el Evangelio dominical en la columna que realiza semanalmente para radios del conurbano bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires.
Monseñor Frassia explicó que la redención del hombre llegó a través de Cristo crucificado por designio de Dios Padre, lo que encierra un misterio difícil de comprender totalmente.
“¿Por qué tuvo que asumir todas las miserias de los hombres? Porque evidentemente Él viene para salvarnos y se entrega para devolvernos la vida eterna. Hay que creer en Él y, a la vez, nuestro corazón debe dar su asentimiento”, sostuvo.
“Cuando uno cree en Él, asiente y afirma con su corazón, si ya cree no está condenado, está salvado. Pero si uno divide o no tiene fe y su corazón está opaco, debilitado, como destruido, endurecido porque no cree en el nombre del Hijo único de Dios, uno empieza a condenarse”, observó el obispo.
Monseñor Frassia invitó a reconocer que “la primera y la última palabra siempre la tiene Dios, y Dios tiene misericordia de unos y de otros”, pero también quiere “no sólo que nos acerquemos, sino que permanezcamos en la luz”. Para eso, agregó, se necesita “poner el corazón, la inteligencia y creer”.
“Muchos principiantes en la vida cristiana iniciaron bien, pero luego fueron terminando mal. Porque se apartaron del camino, se cansaron, se aburrieron, se desanimaron, buscaron compensaciones, hicieron un trueque, cambiaron las cosas; y es evidente que esto puede pasarle a cualquier discípulo”, comentó el prelado.
“Hay que saber que los discípulos, nosotros, los creyentes, estamos en búsqueda permanente y tenemos que aprender, creer y amar con el corazón. De esto no se excluye a nadie porque cada uno tendrá que rendir cuenta de lo suyo, ya que es responsable de su propia vida, de su propio crecimiento y de su propia maduración”, añadió.
“Pidamos en esta Cuaresma una verdadera conversión de la mente por medio de la fe y del corazón por medio de las obras. Que cada uno se comporte y viva como una muy buena persona, como un buen cristiano, un buen creyente, un buen discípulo y que dé testimonio de su nombre”, concluyó el obispo.
Mundo
Viernes, 20 marzo 2015 04:10
Mons. Frassia llama a vivir “una verdadera conversión de la mente y el corazón”
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