La misionera de Zarauz, Guipúzcoa, Ixabel Pagola, explica su trabajo como fisioterapeuta en Brasil, concretamente en Campos de Jordâo, Sao Paulo, donde lleva cinco años como misionera seglar.
“Me piden que haga una reflexión de mi trabajo especialmente como fisioterapeuta en la Fundación de las Mercedarias de Santa Cruz, en Campos de Jordâo, Sao Paulo, en Brasil, desde hace 5 años. Un trabajo social donde las Hermanas Mercedarias de la Caridad, gestionan dicha fundación desde el año 1932.
La Fundación abriga cerca de 85 internos, siendo actualmente, la mayoría hombres. Buena parte provienen de la calle, marcados por historias de dependencia química como drogas, alcoholismo, etc. y en consecuencia, por abandono de sus familias. Otro menor porcentaje son personas que, llevados por sus propias familias, ingresan por problemas crónicos de salud y psicológicos.
Después que son internados, pocos reciben visitas, siendo la Fundación su único referente así como sus compañer@s y funcionari@s, su única familia.
Debido a esto, mi trabajo tiene, además de las actividades fisioterapeutas, como principales objetivos: reducir el sedentarismo, prevenir deformaciones y patologías, así como mejorar algunas actividades de la vida diaria, y en general las condiciones físicas.
Visualizo de forma más global, es decir, también desde la dimensión cristiana, al paciente como un ‘ser humano’ y no como un organismo o una patología, percibiendo las necesidades de cada un@ y mejorando su calidad de vida.
Resaltar que muchas veces el dolor o problema tiene origen emocional y se resuelve con una conversación, una atención y con un abrazo, por ejemplo.
Con el pasar del tiempo, desarrollé esta sensibilidad, lo que me hizo mucho bien, tanto a nivel personal como espiritual, teniendo en cuenta que escogí esta profesión con la intención de auxiliar la reducción del sufrimiento, para poder practicar el amor al prójimo. ‘Hacer el bien sin mirar a quién’.
No tengo duda que gran parte de los problemas que conllevan las personas a una residencia como ésta, tienen consecuencias políticas así como de comportamiento y cultural. Yo personalmente, opté por actuar como persona humana y cristiana, con una mirada de amor en un mundo donde muchas veces, la injusticia puede prevalecer. Tengo certeza que colaborando de esta forma, cada una en su profesión, podemos construir un mundo mejor”.
Mundo
Viernes, 10 abril 2015 06:14
Cinco años vividos ayudando a enfermos en Brasil “con una mirada de amor”
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