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Lunes, 13 abril 2015 06:07

El Pontificado en tres palabras: misericordia, alegría y pobres

El arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Caritas Internationalis, cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, es uno de los principales colaboradores del papa Francisco. Desde abril de 2013, coordina el Consejo de cardenales que asesoran al Santo Padre sobre la reforma de la Curia romana y el gobierno de la Iglesia universal.

En la presente entrevista con ZENIT, realizada este viernes en Madrid, el purpurado hondureño afirma que después de dos años de trabajo del Consejo de cardenales “el balance es bastante positivo”.

A escasos días de que se produzca la próxima reunión del llamado C-9, asegura también que el Pontífice ha dicho: “Pueden reformarse todas las instituciones, pero si no se reforman las personas eso no lleva a ninguna parte”.

En este sentido, explica que “la Curia no es una corte” y que no puede haber “carrerismo dentro de la Iglesia”. Por tanto, una de las claves de la reforma en curso es “cómo hacer para que las instituciones de la Curia puedan servir mejor, puedan servir más ágilmente”.

Sobre el IOR, el cardenal Maradiaga señala que “fueron canceladas 14 mil cuentas”. “Cuando hay transparencia, disminuye muchísimo la corrupción”, subraya. “El Santo Padre --reconoce-- estaba sumamente preocupado por escándalos que tenían que ver con la economía”.

Por otra parte, el actual presidente de Caritas Internationalis lamenta que “hay un mito de las grandes riquezas del Vaticano”. Pero, indica con énfasis, “el presupuesto de todo el Estado del Vaticano no le llega ni a los tobillos a la Arquidiócesis de Colonia”.

A continuación les ofrecemos el coloquio mantenido con el arzobispo de Tegucigalpa, al finalizar un desayuno informativo en el Foro de Nueva Economía.

***

P.- ¿Qué papel juega la Iglesia en la sociedad actual?
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: La Iglesia, como jerarquía, tiene una misión que es evangelizar especialmente la cultura. Y la Iglesia, como pueblo de Dios, tiene una misión preciosa que es evangelizar con el testimonio. Creo que las dos cosas se complementan. Esto no quiere decir que el laicado no tenga una misión también de enseñanza, de reflexión, etc. Pero, básicamente, lo que más deben tener todos los bautizados es un testimonio de los valores del Evangelio.

P.- ¿Cuál es el principal desafío al que se enfrenta la Iglesia en el siglo XXI?
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: Yo diría, no caer en el individualismo de la sociedad actual, sino al contrario. Recordar que, como Iglesia, somos pueblo de Dios, somos comunidad. Y como nos dijo el papa san Juan Pablo II, la Iglesia tiene que ser casa de comunión y escuela de comunión. En un mundo en el cual cada uno trata de encerrarse en sus propios límites, la Iglesia está llamada a tener un abrelatas en la mano e ir abriendo esos ámbitos.

P.- Usted es el coordinador del Consejo de cardenales. ¿Qué valoración hace de las reuniones del llamado C-9 en el Vaticano?
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: El balance es bastante positivo. Una de las cosas más bellas es que tenemos al Santo Padre como uno de nosotros en todas nuestras reuniones, y está ahí como un hermano más. No impone su pensamiento. A veces, pide alguna aclaración. Pero, en general escucha muchísimo. Y esto es una belleza. Él está con todos nosotros todo el tiempo. Desde la Santa Eucaristía de la mañana hasta, a veces, en la noche. Come con nosotros y toma el café también con nosotros. Podemos tener ese acceso tan fraterno y tan bonito con el Santo Padre.

P.- ¿Qué balance? Mucha gente dice: `No han hecho nada`. El que no sabe, mejor que no hable. Porque de lo que no se conoce, no se puede hablar. El Santo Padre estaba sumamente preocupado por escándalos que tenían que ver con la economía. Entonces nos dijo: `El primer paso tiene que ser el asunto económico`. ¡Y venga! Estableció, antes de nuestra primera reunión, dos comisiones distintas. Una, sobre la administración del patrimonio de la Sede Apostólica y otra sobre el famoso IOR, llamado Banco del Vaticano. Y esas comisiones condujeron a entregar los materiales que estudiamos desde la primera reunión de octubre, en la reunión de diciembre de 2013, y en la reunión de febrero ya era clara la decisión. Había que crear una Secretaría de Economía, casi como un ministerio de Finanzas dentro de la Iglesia. Esa fue creada por un motu proprio y está funcionando. El problema de la administración del patrimonio de la Sede Apostólica también. Ha sido constituido actualmente como las secciones de un Banco Central en un Estado. Con todas las funciones, sobre todo, la económica. Luego, el IOR también ha sido sometido a una reforma grande. No es un banco de por sí, es una fundación.

P.- Eminencia, está bien que aclare que el IOR no es un banco...
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: Es una fundación que hizo el papa Pío XII, cuando había el peligro de que Hitler tomara el Vaticano, y entonces se perdieran los bienes de las comunidades religiosas. De esa manera vino funcionando, pero con el transcurso del tiempo se convirtió prácticamente en un banco en el cual había personas que no tenían porqué tener cuentas ahí. Fueron canceladas 14 mil cuentas y se le dijo a sus propietarios: `Miren ustedes, lleven su dinerito al Estado italiano, que es lo que corresponde`. Porque, muchas veces, se buscaba para no pagar impuestos. Lo cual es básicamente una gran equivocación, además de ser éticamente muy malo. Ahora, toda esta reforma ha conducido a una mayor transparencia. Hoy día, diría que hay una administración muy eficiente y la publicación de todo. Los presupuestos estarán en internet, si no están ya. De tal manera que se pueda ver no solamente el presupuesto, sino también la ejecución del presupuesto.

Por otro lado, hay un mito de las grandes riquezas del Vaticano. No sé si ustedes conocieron últimamente cuando la Arquidiócesis de Colonia publicó su patrimonio y su presupuesto. El presupuesto de todo el Estado del Vaticano, ¡no le llega ni a los tobillos a la Arquidiócesis de Colonia! Creo que todo esto es una cosa buena, porque cuando hay transparencia disminuye muchísimo la corrupción. Y esto es una cosa buena.

P.- ¿Y la reforma de la Curia romana?
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: El mismo Papa ha dicho que pueden reformarse todas las instituciones, pero si no se reforman las personas eso no lleva a ninguna parte. Por eso, es básica la reforma de las personas. La reforma de una mentalidad. Y el Papa no ha dejado de estar recordando estos criterios. Por ejemplo, la Curia no es una corte, no hay una corte papal. Quizás en el pasado hubo, cuando era considerado como un gobernante... Pero eso no es así. El Papa dice que la Curia está para servir. Entonces, uno de los criterios de la reforma es cómo hacer para que las instituciones de la Curia puedan servir mejor, puedan servir más ágilmente. Luego, otro de los criterios es que no hay carrerismo dentro de la Iglesia.

P.- Se acaba de cumplir el segundo año de la elección del papa Francisco. ¿Cómo definiría este tiempo de pontificado?
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: Lo tengo muy claro. Definiría su pontificado con tres palabras: misericordia, alegría y pobres.

P.- ¿Qué rasgos destacaría de la personalidad del Santo Padre?
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: El Santo Padre tiene un estilo comunicativo muy fraterno, muy sencillo, y a veces hasta bromista. En diciembre pasado, estábamos con él cerca de su 78 cumpleaños y nos dijo: `Miren, recen por mí. Yo ya tengo 78`. Pero está de buena salud, tiene su mente muy clara, y tiene su cometido muy claro. De tal manera que, le pedimos al Señor que le dé la vida necesaria para que lleve adelante ese trabajo, que es muy importante. Muy importante para el futuro. Y sobre todo, para seguir dando esperanza y alegría. El es portador de alegría, la tristeza no tiene que ver con la fe cristiana.

P.- ¿Qué mensaje le gustaría trasladar a los lectores de ZENIT?
-- Cardenal Rodríguez Maradiaga: En primer lugar, que tratemos de ayudar a ZENIT. Porque todos apreciamos ese contenido, esa cercanía, y al mismo tiempo, la riqueza de información que recibimos. Pero eso no viene de las nubes. Eso también requiere una solidaridad concreta. Y a mí me entristece cuando veo que lanzan su campaña y, a veces, no se alcanzan las metas. Yo quisiera hacer una petición para que todos podamos ayudar.

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