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Martes, 02 junio 2015 06:21

Transmitir la alegría: la misión de Silveria Rocamora, en República Dominicana

La misionera Silveria Rocamora García, natural de Orihuela, lleva doce años en la República Dominicana junto con otras hermanas Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad. Desde su misión, habla de la labor de su congregación en el país:

“Llegué a República Dominicana el 16 de mayo de 2003, con la alegría de poder entregarme a estas personas tan sencillas. En 2003-2004 viví en San Francisco de Macorís. En 2004 -2007 en Santo Domingo. En 2007-2008 en la Romana y en 2009 a Santo Domingo, nuevamente. En 2010 cuando el terremoto de Haití pude ir a ayudar allí y, sin saber el idioma, pude participar recibiendo el cariño y a la vez transmitirles el lenguaje del cariño y la alegría.

Las Religiosas Adoratrices estamos en República Dominicana desde 1986, en Santo Domingo. A La Romana fuimos en 1987, a San Francisco de Macorís en 1992 y a Santiago de Los Caballeros en 1997. Desde República Dominicana fuimos a Cuba en 2007, en un primer momento en Los Palacios –Pinar del Rio- y después, en 2012, pasamos a La Habana. Y Brasil en 2010 pasó a formar parte de nuestra provincia religiosa, donde estamos desde 2006. En las seis comunidades estamos en barrios sencillos y muy pobres, y por lo general, algo conflictivos.

La misión que realizamos, en todas las comunidades, en la medida de lo posible, es con mujeres que ejercen la prostitución y que se encuentran en contextos de explotación sexual. La realizamos por medio del desarrollo de programas y proyectos de intervención directa y formativa, en colaboración con entidades públicas y privadas en la defensa de los derechos humanos. Promovemos la atención de las mujeres, su promoción personal y su inserción social, acorde a su dignidad, creadas a imagen de Dios.

En Santo Domingo tenemos talleres ocupacionales en los que hacemos lencería para bebé y serigrafía. Lo que se produce se vende a comercios que colaboran con la misión, dándonos trabajos, y, así, conseguimos ingresos, que se suman a las donaciones de bienhechores y subvenciones. Similar es en La Romana, que tiene un taller de velas, y en San Francisco.

En Santiago un centro de Escucha, donde pueden ir las mujeres que se van conociendo, a través de la visita a los locales donde están y en la unidad de calle. En Brasil, hay un Centro de Referencia donde atendemos todos los días, con diferentes actividades. Acogemos a mujeres, que quieren un nuevo Proyecto de vida en nuestra casa, y una unidad de calle, que las atiende en sus locales de trabajo.

En República Dominicana, en las 4 comunidades, también se tiene el programa de apadrinamiento de los hijos de nuestras chicas o mujeres. El mayor número corresponde al programa de Madre Coraje –Jerez de la Frontera, Cádiz- y el resto están a cargo de otras personas particulares, para apoyo de sus estudios y familia.

Doy gracias a Dios por haberme permitido vivir esta experiencia en estos lugares de pobreza y de personas tan sencillas y acogedoras, que me transmiten la alegría y la generosidad de compartir lo que tienen. He tenido la suerte de estar en los tres países y conocer estas realidades.

Qué mayor predicación puedo hacer que transmitir la alegría de la entrega incondicional a Dios y a los hermanos, y allí donde la obediencia me mande. Encontrar al Señor, ser mensajera de Él, es un signo de alegría en el espíritu. La alegría nace de la gratuidad de este encuentro. Y la alegría de encontrarme con Él, hace que no me cierre en mí misma, sino que me abra y me lleve al servicio de la misión. Como Adoratriz, viviendo con alegría, el Carisma de Adoración- Liberación. Esta alegría se hace realidad en todo lo que hago.

En la Eucaristía, que da sentido a mi vida, encuentro fuerza, alegría... para todo, para realizar la misión. En los momentos más complicados agarrarse al ‘Eje’ principal que es Él, a través de la oración.

Es una gracia de Dios, poder realizar la misión. Nos acogen muy bien y muchas personas buenas colaboran con nosotras. Me siento muy feliz de poder trabajar aquí y con todas estas personas, que me enseñan mucho cada día”.

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