El martes 28 de abril, las Misioneras Agustinas Recoletas en Manaos, celebraron de forma especial los 30 años del martirio de la hermana Cleusa Rodhy Coelho, religiosa de esta congregación asesinada por su defensa de la paz y de la convivencia de los pueblos indígenas y no indígenas en la Amazonia.

Con este motivo, los misioneros Agustinos Recoletos, Misioneras Agustinas Recoletas, Fraternidad Seglar y JAR-Manaos, acompañados por los obispos de Manaos, Mons. Sergio Castriani, el auxiliar, Mons. Mario Antonio da Silva y el emérito auxiliar, Mario Pasqualotto, y clero local celebraron una Eucaristía especial de acción de gracias.

Este aniversario no podía pasar desapercibido y la Familia Agustino-Recoleta en Manaos estaba mentalizada. Además, la Iglesia local, en su última asamblea archidiocesana, en el ámbito de la “transformación de la sociedad”, marcó como primer desafío el trabajo con emigrantes e indígenas; y en el ámbito de “nuevos desafíos misioneros” el segundo es la misión ad gentes. Por eso la respuesta de la iglesia total, y la presencia de los tres obispos en esta celebración.

Según explican los Agustinos Recoletos, las hermanas Madalena, Rosita y Socorro llevaban muchos días preparando para que no faltase detalle alguno en esta celebración. “Sin ruido, como a ella le gustaba, la hermana Cleusa se está dando a conocer. Y por medio de sus hermanas está siendo conocida”.

El centro de la celebración fue la eucaristía de las siete de la noche. La iglesia estaba preparada con pósters y símbolos alusivos. La liturgia y los cantos ensayados por los equipos correspondientes aludían a la misión y la entrega. Presentes toda la Familia Agustino-Recoleta, la celebración comenzó.

Después de la monición inicial que presentaba el evento y a su protagonista, la procesión de entrada: primero un grupo de niños del jardín de infancia “Irmã Cleusa Coelho” que llevaron la barca, red y remos, representando los instrumentos del último viaje de su vida por el río.

Seguían los monaguillos, lectores, ministros, las tres religiosas misioneras agustinas recoletas de la comunidad de Manaos, en el barrio de la Cachoeirinha y casi enfrente de la iglesia matriz parroquial, los diáconos, presbíteros y obispos.

Antes de la liturgia de la Palabra fue presentado en danza el leccionario por una joven de la Hacienda Esperanza, centro de recuperación de drogadictos que en Manaos tiene una sección masculina y otra femenina, siendo el nombre de la femenina “Irmã Cleusa”.
Las lecturas estuvieron proclamadas por personas que conocieron personalmente a la hermana Cleusa, seglares y religiosas. La homilía del arzobispo fue viva y testimonial. Antes de ser arzobispo de Manaos fue obispo de Tefé, prelatura amazonense similar a Lábrea, donde la Familia Agustino-Recoleta misiona desde hace años y donde Cleusa dio su vida. Hizo suya la causa misionera y colocó a la mártir misionera agustina recoleta como modelo de dedicación, entrega y testimonio hasta la muerte.

Las ofrendas fueron presentadas por los habitantes de la calle “Irmã Cleusa Coelho” de la comunidad San Mateo, en el barrio Zumbí II de Manaos. Junto al pan y el vino llevaron cartulinas con los “rostros” de los atendidos por la hermana Cleusa: familias, leprosos, encarcelados, indígenas, dependientes químicos…

Antes de la bendición final, Santiago Sánchez, párroco recoleto de la Parroquia de Santa Rita de Manaos, tuvo unas palabras de agradecimiento que completó la hermana Socorro, misionera agustina recoleta.

Tras la bendición final y hubo una sesión de fotos con los obispos y los muchos convidados. Terminó la conmemoración con una abundante cena en la casa de las hermanas y mucho diálogo y fraternidad, puesto que muchos de los presentes hacía tiempo que no se veían.

En el Año de la Vida Consagrada este evento ha sido importante para que la Familia Agustino-Recoleta se dé a conocer aún más en una ciudad en la que está presente desde comienzos del siglo XX, para así cumplir lo que decía Agustín de Hipona: y conociéndonos nos amemos, y amándonos seamos comunidad como lo eran los primeros cristianos.